prólogo

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Centro de adopción
Una segunda oportunidad

Podía sentir su corazón oprimirse en su pecho, luego de mucho papeleo lo habían conseguido. Hoy era el día en que podrían interactuar con los cachorros y ver si alguno de esos pequeños se acoplaban a ellos y viceversa.

Seb tomo la mano de su pareja con total nerviosismo, caminando por los grandes pasillo adornados por un papel tapiz gris, escuchando a la lejanía la risa y los olores neutrales que los niños dejaban impresos en las paredes, su lobo se removía inquieto por la emoción.

La mujer mayor que los guiaba se detuvo ante la gran puerta que los separaba de la sala de juego, volteando sobre sus talones y mirando a los futuros padres con una mirada serena

—les pido que sean pacientes con los niños, muchos de ellos son complicados así que no sé entristezcan si algún cachorro los ignora. —aclaro la mujer —recuerden dejar salir su aroma con cuidado para no sofocarlos.

Ambos hombres asintieron con nervios, mirando con atención como la mujer habría las puertas dejando a la vista un gran cantidad de niños, corriendo de un lado al otro.

La mujer los invito a pasar, en ningún momento se soltaron de las manos, mirando a cada niño con total emoción.

Dejaron soltar su aroma lentamente, buscando alguna interacción en alguno de los cachorros, pero nada.

El lobo de seb chillo al notar como ningún cachorro parecía reaccionar ante su aroma.

¿Y si no encontraban a su futuro cachorro aquí?

Había Sido más que complicado encontrar a un lugar que los aceptaran, la mayoría de los orfanatos rechazaban sus solicitudes, pues no creían que una pareja de corredores era la indicada para tener niños.

Seb había llorado más de una vez cada que le daban esa escusa, lo hacía sentir como si fuera un mal Omega, como si no mereciera tener un cachorro.

Sus pensamientos fueron pausados al notar la mirada de un pequeño cachorro de cabello rubio, el pequeño se encontraba observándolo desde una pequeña banca mientras sostenía con fuerza un oso de peluche blanca con toques grises, tal vez de la suciedad.

Solo la mano de su esposo caminando directamente al pequeño que bajo la mirada al ver qué se acercaba, podía sentir como Kimi lo seguía y cuando estuvo frente al pequeño, se inclinó para verlo mejor.

—hola peque, ¿Cómo te llama? —pregunto con total dulzura

—Max —respondió con un fino hijo de voz, subiendo su mirada y conectando aquellos hermosos ojos azules con los de seb.

Y con tan solo ver aquellos Lindos ojos, lo supo. Al fin había encontrado a su cachorro.

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Hola
Una de las primeras historias que escribo

Aclaraciones

• el fanfic puede llegar a tocar temas sensibles, tan les como abandono o maltrato

•únicamente ficción y entretenimiento

•principalmente, se tratará de como seb y Kimi buscan darle un lugar seguro a Max luego de enterarse de todo lo que ha sufrido

•omegaverse

•los sub géneros se pueden saber desde qué son niños, pero el primer celo llega hasta los 14 a 16 años

•cambios de edades, no se sorprendan si de la nada aparece un lando de tres años

• seb y Kimi siguen siendo pilotos de fórmula 1, aunque el tema de su trabajo se tocará muy poco.

En fin, espero y les gusté, si tiene dudas no se asusten en preguntar.

Y adiós ^^

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