EL DISPARO DE LOS AMANTES

15 0 0
                                    

Vivir una doble vida se había convertido en un reto personal, como si tratara de ver que tan capaz era de manejar una situación y tal vez, a una persona. Cuidaba de cada cosa que te contaba, de cada gesto que hacía e incluso del tiempo que te dedicaría. A pesar de tener "dos amores", al llegar a casa me sentía sola, muy sola.

Y podría decirte que no sentía nada por él, podría contarte que jamás despertó una reacción en mi cuerpo con solo un beso, pero te estaría mintiendo porque los grandes amantes saben que al final una de las dos partes termina y generalmente termina aquella en la cual no tenias nada que perder, pero yo contigo perdí mucho.

Aquella tarde en que descubriste mi cruel mentira, debo decir que ya me había preparado, en el fondo quería que lo supieras. No era venganza por haberte ido, ni siquiera odio. Esto se había convertido en un juego pasional donde decidía en qué lugar sentía más amor. Por desgracia el amor no pasó de las palabras que lograba escuchar, se trataba de una parálisis en el corazón al intentar descubrir si acaso uno mismo se ama después de ese acto tan atroz que había sucumbido mi cuerpo y mi alma.

Por mucho tiempo me acostumbre a vivir a tu lado, a lado de él. Había días que no te veía, e incluso meses y tu ausencia tan desgarradora aprendí a compensarla con un amor de media noche, con un prófugo del amor.

El precio que uno paga por quedarse al lado de un prófugo del amor es altamente caro para un corazón de clase media, no alcanzas a costear el acto de lealtad y fidelidad, porque descubres al cabo de uno meses que el karma toca tu puerta para finalmente hacerte pensar si te lo mereces o si es tu única opción.

Lamento no haberte buscado, pero apuesto a que abras sentido ese palpitar abrumador que unía a nuestros cuerpos y almas cuando algo andaba mal, pues bien, espero que lo hayas interpretado como un "lo siento" y no como esa palabra para beneficio propio y , sí, hablo de: "te necesito".

No sé si algún día logre dejar de pensar en ti, a veces reflexiono que tu recuerdo es una sombra que me perseguirá de por vida. En ocasiones, imagino qué hubiera pasado si tan sólo lo hubiéramos hecho bien desde la primera vez, si tan sólo fuéramos más conscientes, maduros y con responsabilidad afectiva.

En las noches de invierno le recé al universo permitir volver a vernos, sentarnos en el pasto mal cuidado de aquel parque escondido, tomar ese café de mala calidad para el que nos alcanzaba y de ahí marcharnos sin rumbo fijo, pero juntos.

Te parecerá una completa estupidez, sin embargo, siempre tuve miedo de hasta dónde podría llegar mi amor por ti y tal vez por eso me obligue a amar a otro cuerpo, a besar otros labios, a entrelazar mi mano con la de un prófugo del amor. Y al final del día, al final de cada noche, sé que sólo te quería a ti. Por desgracia, aún no logro descifrar si me protegía de ti, o te protegía de mi "loco amor".

Sé que nunca volveré a platicar con alguien acerca de lo que siento al tener contacto con la naturaleza, o de las extrañas imágenes que pasan por mi mente cuando medito; tal vez, ni siquiera vuelva a aceptar una cita en un parque, ni a regalar cartas a otras personas. Y aunque en mi cruel acto pareciera que nunca hubo un respeto, no volveré a hacer estas cosas porque es lo que yo hice contigo, lo que hicimos juntos. Se trataba de mi versión enamorada entregada completamente a ti, aquella chica de clase media planeando una vida con quien deseaba amar hasta el último suspiro.

Ahora sólo me queda escribirle a tu recuerdo hasta que aprenda a seguir sin ti. Hasta que aprenda a estar sola. Sé que no podemos volver a conocernos, en este momento ya no querrías volver a conocerme.

PARA CUANDO APRENDAMOS A ESTAR SOLOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora