Hoy ha sido un día que me ha traído una serie de recuerdos de una manera impresionante y en tiempo récord.
Me dispuse a viajar al centro de la ciudad para disfrutar de una obra de teatro. Lo curioso es que en un sitio tan grande esperas no ser reconocido o al menos, no encontrarte a alguien que sea del mismo sitio que tu.
Pero al parecer sí que tenemos algo en común, puesto que te he visto al entrar a taquilla. Con aires apresurados y una sonrisa nerviosa. Se notaba que aquella obra te hacía ilusión. Me he esperado unos minutos para que no pudieras divisar mi presencia, la razón de esto es que cuando uno renuncia a esa ilusión de volver a vernos, lo que menos esperamos es volvernos a encontrar.
Es así que aquello se convertía en algo tan excitante. El corazón latiendo a mil por hora, las manos sudorosas, los secos y los ojos llorosos.
Sin embargo, mi querido Otto, eso no pasaba de ser una mera coincidencia. Me alegró poder verte. Con eso me bastaba, no necesitaba platicar contigo, ni buscar la manera para que voltearas a mirarme.
Es que eso de aceptar que lo que teníamos ya ha terminado y está bien, es de las cosas más liberadoras. Podemos frecuentar los mismos lugares, tener los mismos intereses, e ir por el mundo dejando nuestra esencia pero jamás se rompe 2 veces el corazón a la misma persona, porque al hacerlo se crea una zona de guerra.
No me hace ilusión volver a estar juntos porque vaya que nos hicimos tantas promesas que no hemos podido cumplir y que probablemente nunca cumpliremos.
Al entrar al teatro y ubicar mi lugar correspondiente centré mi mente en disfrutar de la obra y así fue. No intente buscarte porque tal vez ya no me apetecía ir a rogarle a que me dieras aunque sea un poco de amor ni que me disculpes por mi desequilibrio mental.
Después de muchas horas de sobrepensar e idear lo que te diría si es que un día lograba verte, se esfumaron en ese momento porque la verdad es que no me apetecía decir nada en absoluto. Simplemente quería disfrutar de aquel momento, sin pensar que te encontrabas en el mismo sitio, sin pensar en que nos habíamos conocido hasta el alma.
Tal vez ahora sabía que hasta donde se podía ver, tú estabas bien. Y yo tenía claro que ya no quería que llegara el día en el que pudiéramos volver a hablar porque aunque tuviera muchas historias y aventuras por contar, ya no quería compartirlas contigo.
Hasta este punto llevamos un 1/1. Tu me has roto el corazón en una ocasión, y yo también. Entonces eso de volvernos a enamorar y buscarnos porque tenemos una nueva versión que no haría las cosas tan atroces que hicimos hace un tiempo, lo paso. No creo que a todos les sea funcional las terceras oportunidades.
Finalmente la obra terminó con éxito y después de conmover a todo el público, todos los presentes se dispusieron a marcharse.
Y bueno Otto, debo decir que salí sin mirar atrás. Cogí el auto y me fui a casa con la sensación más liberadora que nunca antes había tenido. Por si lo preguntas, claro que he llegado bien.
Espero no volver a vernos en mucho tiempo Otto. Te quiero.
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PARA CUANDO APRENDAMOS A ESTAR SOLOS
RomanceMarie después de haber engañado a su gran amor, Otto; decide escribirle a su recuerdo con la intención de reconfortar a su corazón. En una especie de diario ella redacta textos esperando a que un día deje de pensar en él, a que un día deje de extrañ...