Los fantasmas que invaden a nuestra mente a mitad de la noche no siempre nos hacen llorar por momentos tristes. En ocasiones se trata de conversaciones que tenemos frente a una silla vacía a la que le contamos todos y cada uno de nuestros recuerdos que nos hicieron sentir vivos, reir con nuestro seres queridos y de aquellas decisiones que tomamos aún sabiendo que tal vez no podríamos cargar con el peso que involucran.
Me pregunto si el resto de la sociedad guarda una especie de luto a todos sus recuerdos o sólo agradece por el paso de página.
Confieso que he pensado en que los nuevos amantes en definitiva no tendrían porqué enterarse del amor que dimos y los amores que tuvimos antes de su llegada, ya que en definitiva es algo que se guarda bajo llave en nuestro corazón.
Nadie te dice o explica después de cuánto tiempo estarás listo para volver a amar, para si quiera permitirte compartir tu tiempo. Para algunos es suficiente un par de meses o años y para otros, bueno, ellos saben que se han despedido de su grande amor cuando aún estaban juntos.
Los grandes amantes con los que tenemos la dicha de compartir un poco de amor en este miserable y mágico mundo, no son un nombre más en la lista ni mucho menos una desgustación de sexo que se pondrá en comparativa al resto.
Los grandes amores ofrecen cosas nuevas, y entre ellas - posiblemente la más importante -, su esencia.
Recuerdo que adopté un gran interés por la pintura cuando conocí a Joss, intenté por meses realizar dibujos, pinturas, cuadros; aprendí de las vibras del universo, la energía y del tiempo de calidad. Claro, siempre con su ayuda.
Con Tom, bueno, gracias a dios sigo viva. Fue posiblemente mi época más rebelde. Fiestas, bares, besos sabor a licor, ir a toda velocidad en la autopista a mitad de la noche, bailar hasta que las plantas de los pies dolieran, risas, más risas y caos. Pero todo esto acompañado de lealtad y mentiras piadosas que tenían sentido cuando me subía en aquel coche cuyo motor me estremecía y la adrenalina incitaba a ir más rápido. Porque eso significaba que habría otra noche inolvidable, peligro y amor.
Querido Otto, esto no es una presunción de que te enteres de mis viejos amores, porque tal vez para ellos sólo fui una ex's más. Y eso está jodidamente bien.
Sólo escribo un poco de aquello que deberíamos agradecer porque finalmente los gustos que hoy constituyen a mi persona nacieron por relacionarse con sujetos de diferentes lugares, clases sociales y valores.
No sé lo que sigue Otto, y es que ya no te echo de menos, ni me duele pensar en tí. Pero a veces quisiera aunque sea un poco de amor. Y no hablo de amores de medianoche, te juro que he aprendido la lección.
Tal vez esta etapa sea la mejor que haya en mi puta vida. Porque espero equivocarme muchas veces para seguir aprendiendo.
Te juro Otto que si algún día llega alguien con un gran corazón, de metas que parecen inalcanzables pero él las haga ver tan fáciles y que acepte hablar de todo y de nada, no le dejaré ir porque aunque tal vez me recuerde un poco a ti, podré amarlo sin volver a pensarte.
Querido Otto gracias por haber sido mi gran amor y mi fantasma más concurrido.
Chin, chin.
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PARA CUANDO APRENDAMOS A ESTAR SOLOS
Storie d'amoreMarie después de haber engañado a su gran amor, Otto; decide escribirle a su recuerdo con la intención de reconfortar a su corazón. En una especie de diario ella redacta textos esperando a que un día deje de pensar en él, a que un día deje de extrañ...