Querido Otto:
Mi madre me ha hecho llegar un libro que leía bastante cuando vivía con ella, lo curioso es que en aquel tiempo ese libro se convirtió en mi religión. Esta mañana volví a leerlo y encontré una frase que decía "no hay errores en la vida, solo lecciones". Algo dentro de mí explotó cuando leí aquello.
Todo este tiempo he vivido con el sentimiento de culpa, intentando buscar la manera de encontrarme contigo nuevamente y pedirte perdón. Porque claro que a mi mente le invadía el pensamiento de que aquello que hice fue un grave error, puesto que de no haberlo cometido ahorita estariamos juntos, aventurándonos por la vida y por el mundo. Lo cierto es que no puedo cambiar lo que pasó, no tengo una varita mágica para volver el tiempo y no joderlo esta vez.
Sin embargo, aquello me hizo caer en cuenta del gran valor que tiene la fidelidad, la amistad, el amor; de lo exclusivo y mágico que es congeniar y decidir pasar tiempo a lado de tu ser amado, entregarte al amor plenamente con una sola persona.
Descubrí lo excitante y atroz que es servirle a dos amores, aprendí a mentir, a actuar, a gestionar los recursos, administrar el tiempo. Lastimosamente fue una inversión que no me sumaba, simplemente cubría una carencia de amor propio porque no sabía disfrutar de la soledad, supongo que por ello busque asfixiar mi tiempo, mi cuerpo, mi vida, nuestro amor.
Llevamos bastante tiempo en contacto cero. De mi parte imagino lo que tal vez podría estarte pasando, solo que no hay ninguna señal divina de tu presencia o de tu crecimiento. Otto, ya lo entendí cariño, te juro que me ha caído como balde de agua helada pero, lo he entendido. Ya no estamos en contacto cero, ya no me encuentro esperando a que las cosas se calmen para volver a ti, para ponerme en marcha y salir a buscarte. Ya no Otto. Ya se acabó.
Es algo brusco cuando has pensando en mil posibles soluciones, en miles de pláticas, miles de intenciones; porque es difícil soltar cuando te aferras a algo o a alguien.
Duele mucho cuando te creas ideas falsas del porvenir. El simplemente hecho de considerar que algún día te vas a plantar en la puerta de mi hogar o yo en la tuya, para reconstruir nuestro amor y obtener tu perdón, es algo que me pesa cada día porque no sé si eso pasará.
Mi madre me ha dicho que a todas las cosas que nos ocurren podemos sacarle algo positivo. En este momento pienso que es la oportunidad de reescribir mis planes y mi proyecto de vida. Sobre todo, uno donde ya no nos involucre a ambos.
Comenzar a disfrutar de bellas experiencias sola, tal vez me produzcan un cierto temor o de vez en cuando me traigan de vuelta a ti.
Otto, aquel parque ya no es nuestro parque. Ya no hay nada que sea nuestro.
Es momento de recibir el alba solos. Eso implica dejar de pensar si eso te gustaría o no. Lo correcto es analizar si aquello me gustaría a mí. Ahora entiendo que el carecer de amor propio te limita a ser amado y a amarte, porque no lo disfrutas y nada te complace. Siempre sentimos una carencia cuando lo tenemos "todo".
Espero que pases desapercibido por situaciones que te hagan sentir melancólico, es momento de disfrutarnos, de manera individual. Las personas no mueren de amor, mueren por falta de amor. Y nosotros aún tenemos mucho amor por dar y por recibir.
Gracias Otto, por enseñarme que la mejor manera de amar a alguien es eliminando las mentiras, y dejando cero dudas, cero incertidumbres.
Chin, chin Otto.
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PARA CUANDO APRENDAMOS A ESTAR SOLOS
RomanceMarie después de haber engañado a su gran amor, Otto; decide escribirle a su recuerdo con la intención de reconfortar a su corazón. En una especie de diario ella redacta textos esperando a que un día deje de pensar en él, a que un día deje de extrañ...