¿Alguna vez has pensado que das un gran avance al no sentirte triste? Considero que en estos últimos días hice cosas muy locas. He manejado sin rumbo fijo, completamente sola, tomando descansos para apreciar el paisaje. Al llegar a casa bebí de aquel gran tequila cristalino que mi padre me regalo en navidad; baile sola, con los pies descalzos y un vestido negro que cubría más abajo de la rodilla.
A media noche en mi pleno estado de ebriedad recuerdo haber cantado y reído conmigo misma. Me reía de mis penas y de la soledad, porque en ese jodido momento me sentía de puta madre.
Me vino a la mente aquella frase que me repetía constantemente durante mi época de adolescente "Adara no se enamora". Me causaba gracia pensar que a lo largo de mi vida jamás habría un hombre que lograra cautivar mi loco corazón, de hecho consideraba el amor de pareja una cosa inservible, una pérdida de tiempo. Y es curioso cómo las cosas cambian, hace 2 años pensaba que por estas fechas estariamos nerviosos por la boda, e incluso que iríamos juntos a planes de negocios.
Lo cierto es que el 10 de cada mes es una especie de día inexistente, la gente curiosamente desaparece de mi alrededor, se esfuman al mismo tiempo que corre el aire. Y el tiempo se detiene, solo por ese día. En esas fechas no visito a mi madre Emma, ni platico con Luke. Simplemente guardo una especie de luto o respeto por 24 horas hacia un sentimiento y recuerdos que aún no abandonan mi cuerpo .
El pequeño Otto me ha enseñado que hay días que se respetan, porque el alma tiene recuerdos (lo sé, él a veces parece ser un niño "raro"). Y pienso que al haber sido el 10 la fecha de muchos de nuestros aniversarios, merecía que al menos por esas 24 horas me desconectara un poco del mundo, de mi cotidianidad.
Me he dado cuenta que trato de tener una agenda sumamente ocupada para no permitirme pensar "tanto" en ti, opino que todo sería más fácil si me olvidará un poco de ti. Por qué podría salir con la disposición de coquetear solo por juego, sólo por diversión. Sin embargo, pareciera que a todos los hombres les pongo mala cara.
Sólo sé que algún día lo lograré, aprenderé a vivir sin ti, sin tu recuerdo. Un día me despertaré con esa sensación de nunca habernos conocido, bajaré a la cocina aun en pijama, prepararé un delicioso café y dejaré de pensar que a "alguien" no le agradaba que yo tomara café. Y comenzaré a fluir como alma nueva, cumpliré mis metas y dejaré de perder mi vida pensando en aquel cruel acto, dejaré de acostarme con un prófugo del amor, y probablemente me enamore nuevamente. ¿O por primera vez?
No te juzgo por haberte ido, ni tampoco digo que por ello yo decidí amar a dos sujetos a la vez, de hecho ni siquiera pienso que lo haya hecho porque no te amara. Porque joder, te amaba tanto. Simplemente tenía miedo; miedo a que nos llenaremos de promesas nuevamente. Pero al final, ninguno de los dos volvió los findes. Seguimos donde debimos habernos quedado antes de ir en busca del otro.
Ahora pienso que eso de entendernos sin hablar no fue más que una farsa, un engaño, un juego emocionante que cubría una necesidad de manera egoísta. Simplemente nos queríamos hacer los interesantes ante algo tan jodido como nuestro absurdo amor. Y es que el amor nos hace pensar en cosas aparentemente maravillosas, empezando por una vida llena de amor. Se vuelve peor cuando piensas en formar un hogar a lado de "la personas que amas", porque pareciera ser una idea sumamente genuina e importante. Un gran paso para tu versión adulta.
Finalmente no creo que hayas pasado en mi vida para quedarte, ni yo estaba destinada a quedarme en la tuya, no somos seres de sitios particulares, somos almas libres que aún tienen muchos rumbos por descubrir, vinos baratos por probar y ridiculeces por hacer. No éramos los únicos Otto, así que debo olvidarme de los días 10.
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PARA CUANDO APRENDAMOS A ESTAR SOLOS
RomanceMarie después de haber engañado a su gran amor, Otto; decide escribirle a su recuerdo con la intención de reconfortar a su corazón. En una especie de diario ella redacta textos esperando a que un día deje de pensar en él, a que un día deje de extrañ...