RESARCIMIENTO

TRAUMAS

Buenas noches, la imagen del capitulo es propiedad del autor @chankoro_mochi pueden pasar a visitar su perfil en Twiter y encontrar trabajos igual de hermosos como este.

Como siempre este capitulo es dedicado para:

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Cuando el santo de Leo llegó a su casa zodiacal, este no dudó en maldecir su suerte tirando un par de cosas que se encontraban cerca de él. Trataba de comprender las palabras del maestro junto con las de su antiguo patriarca Shion, "todos merecen una segunda oportunidad" Sabía que tenían razón al recalcarlo porque él también lo pensó la noche pasada, pero eso no negaba su disgusto por tener que ayudarlo.

Tal vez todos querían enmendar sus errores y tenían derecho hacerlo, pero el cáncer era ruin y malvado. Aún mantenía prisioneros a las almas en su templo a pesar de haber recibido la indicación de liberarlos. ¿Cómo podía perdonarlo?

Cada vez que recordaba su rostro lo hacía sentirse impotente. Verlo con su sonrisa sádica y la crueldad que expresaba, solo lo incitaban a golpearlo. Doblegarlo a sus pies para que suplicara perdón por todo lo malo que había causado.

Antes de golpear la pared con sus puños, Aioros hizo acto de presencia deteniendo su golpe a centímetros del mármol.

– ¿Qué te está pasando? – lo miró con decepción, obligándolo a retroceder para detener sus acciones – Si lo que sientes es deseo de golpear algo, ve hacerlo al coliseo.

– Hermano... - aminoró la fuerza en su puño, exhalando profundo para calmar su furia – Lo siento creo que perdí el control por unos momentos provocando una situación incómoda.

– Fue más que eso y lo sabes – Suspiró cansado mirando con inquietud a su hermano menor – No sé qué está pasando por tu cabeza, Aioria, pero debes calmarte. Has insultado la autoridad del maestro al expresarte así de Death Mask. Sabes bien que nosotros no podemos juzgar a nadie, de eso se encarga el inframundo y los dioses del olimpo.

El santo de Sagitario observó como su hermano apretaba los puños con solo escuchar el nombre de su camarada. Era claro que el caballero de Cáncer no era alguien inocente, cometió muchos errores haciendo que ganara el odio de muchos caballeros dorados, y tal vez esa era la razón por la que Aioria se negaba a ofrecerle su ayuda. Pero eran humanos, todos en algún momento llegan a perderse del camino correcto y es su deber recordarles por qué las armaduras los escogieron como portadores.

– Al caer la noche quiero que le ofrezcas una disculpa a Death Mask, no estoy seguro del motivo de su enfermedad, pero sospecho que algo pasó entre ustedes la primera noche que llegamos al santuario. Estabas demasiado molesto, sin contar que Afrodita lo llevó con los sanadores al día siguiente.

– ¿Por qué tengo que disculparme con Death Mask? Él es quien inició la discusión – expresó con molestia esperando que su hermano se pusiera de su lado.

– No estoy preguntando quien inició la pelea, quiero que bajes a su templo y le ofrezcas una disculpa. ¿Qué está pasando por tu cabeza Aioria? te expresaste de nuestro camarada como si fuese un traidor, alguien que merecía ser castigado por el simple hecho de estar vivo. Pensé que al combatir juntos en la batalla de Asgard tendrías pruebas suficientes de que él ha cambiado, intenta reformarse al igual que los demás.