Eran sobre las seis de la tarde cuando llegué al raído campo de fútbol. Acababa de llover y, siendo sincera, caminar sobre el barro restante de la lluvia no me gustaba mucho. Con una chaqueta impermeable y un pequeño paraguas en mi mano pasé por las pocas gotas que seguían cayendo. El campo era muy grande, no sabía por dónde empezar, lo único que pude hacer fue seguir caminando en línea recta. El agua no me dejaba ver con mucha claridad y el papel que recibí tampoco ayudaba mucho.
Vi una silueta aguantando un paraguas que desde lejos se podía percibir de color negro o algún otro color oscuro. Encontré a Noah en una esquina del campo y no tardé en llegar hasta él, no sin antes resbalar un par de veces. Para mi sorpresa, ese chico con el paraguas no era Noah. El chico que estaba a unos cuantos metros era irreconocible, pero si de algo estaba segura, era que no era Noah. Decidí no acercarme a él, en parte porque estaba empezando a diluviar otra vez, pero mayoritariamente porque no me acababa de fiar de ese sujeto.
—¿A dónde vas? —gritó.
Mi cuerpo se paralizó inmediatamente al oír eso.
—¿Cómo..? —Estaba sorprendida, muy sorprendida.
El que estaba frente a mí, el que envió la carta, fue Jess. Al parecer firmó a nombre de Noah para confirmar mi asistencia. Definitivamente o era una estúpida o él era demasiado bueno haciendo lo que hace. Quizá era un poco de las dos cosas.
—Freya, escúchame bien —sus labios temblaban—. Esta vez tienes que creerme.
Mierda, estaba volviendo a llover.
—¿Ha habido algún momento en el que no te haya creído? Eres mi amigo, tonto.
Una pequeña sonrisa salió de la comisura de sus labios. Sin embargo, recuperó la compostura rápidamente. Me acerqué unos metros más y él hizo lo mismo.
—Freya, promételo —vio mi mirada confundida—. Prométeme que vas a confiar en mí.
—No dudes de ello —dije con una sonrisa en la cara—. Está comenzando a diluviar otra vez, será mejor que entremos a una cafetería o nos refugiemos en algún sitio.
Él asintió, y con eso corrimos hasta la cafetería más cercana. Mary 's delights era un café bastante pequeño y acogedor. Parecía un restaurante sacado de los 80' con un toque neón y algunas figuritas de la famosa Betty Boo en el mostrador. Nos sentamos en unas butacas de cuero y procedimos a mirar la carta.
—¡Bienvenidos! —Un chico nos recibió con gran alegría en su rostro—. ¿Qué os gustaría tomar el día de hoy?
—Para mí un cappuccino y para ella un bocadillo de lomo, por favor —se adelantó Jess.
Lo miré con sorpresa, pues yo no tenía apetito en ese momento. Él me respondió con una pequeña sonrisa.
—Entendido, vuestra orden no tardará mucho —El muchacho se encargó de recoger nuestras cartas y volvió directo a la cocina.
Ya se estaba haciendo de noche y, como estaba lloviendo a cántaros, las demás personas estaban en sus casas. Eso se reducía a que éramos las únicas personas en el restaurante, y Jess se veía impaciente al otro lado de la mesa.
—Teníamos algo de lo que hablar, ¿no es así? —inquirí.
Su sonrisa se desvaneció en cuestión de segundos. Cruzó sus brazos y despeinó su oscuro cabello con delicadeza. Tras eso, un largo suspiro salió de sus labios.
—No sé por dónde empezar... Pero creo que Noah es una bestia. Mejor dicho, estoy seguro —Las últimas palabras detonaron todo—. Tú eres una cazadora, así que sentí que era necesario decírtelo.
![](https://img.wattpad.com/cover/300625970-288-k554731.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cacería de Bestias ©
Romance¿Alguna vez te has enamorado? ¿Alguna vez has sentido cómo se detiene el tiempo cuando cruzas miradas con esa persona especial, o cómo se te acelera el corazón cuando vuestras manos se rozan? ¿Cómo, por un momento, olvidas todo a tu alrededor? Freya...