-"Atsumu es el omega perfecto, dicen que tuvo bastantes parejas alfas gracias a lo guapo que es".
Miya Atsumu sabe la cruda realidad detrás de estas palabras, a pesar de ser el omega ideal en una relación, tiene cero exparejas incluso en el amor gra...
Hasta ahora aún no sé qué tipo de relación tengo con Omi.
Claro que me emocionó que en la noche anterior Shoyo haya dicho que éramos pareja, pero ese no duró mucha ya que había llegado la comida y cortó el ambiente en el que estábamos.
Era sábado, estar en la cama era la actividad programada para ese día.
Me había llegado varias fotos de parte Suna, una de ellas mostraban a Samu profundamente dormindo babendo y otras que aún no he visto. Ellos se fueron de mi departamento esa misma tarde que fui a comer.
Afuera estaba lloviendo como si no fuera un mañana, con tan solo verla me daba pereza moverme.
Una llamada captó mi atención de inmediato, no había nada que hacer ese día así que cualquier cosa me entretenía.
Era de un número desconocido cosa que se me hizo extraño, sin embargo, igualmente contesté.
- ¿Alo? - saludé con duda
- Atsumu cierto? -
Oh no...
Capaz era un farsante que sabía todo de él y iba robar todo lo que tenía.
- Soy Komori, el primo de Kiyoomi -
A.
Siempre creando cosas antes de saber todo.
- Si soy Atsumu, ¿a qué se debe tu llamada Komo-Chan? - pregunté
- ¿Me podrías hacer el favor de cuidar a Kiyo? es que él está enfermo y bota bastantes feromonas que me están ahogando -
¿Acaso estaba escuchando bien?
¿Omi estaba enfermo?
Cambié mi pijama con la ropa que primero ví.
- Komo-Chan mándame la dirección de Omi - dije
Me pusé mis zapatillas y salí lo tan pronto posible cuando me llegó la dirección.
La lluvia mojaba mi ropa sin piedad, pero eso no importaba aún.
- Las llaves del departamento están debajo del tapete y sus medicamentos en la mesa del comedor -
Esas fueron las únicas indicaciones que me dio Komori antes de finalizar la llamada.
El departamento de Omi no estaba tan lejos del mío, solo unos 5 minutos si vas corriendo como un maniático.
Mi mirada se levantó cuando ya había llegado al lugar.
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Mi cuerpo temblaba del frío que siento por mi ropa mojada.
El agua caer al tazón era irritante para mis oídos, agradecí cuando ya había llenado por completo y cerré la llave.
