❝ Una historia con un alfa abusivo había traído al mundo lo que TaeHyung más amaba; su hijo. Luego de haber escapado de ese ambiente, él daría todo por su pequeño.
Por eso, le tocaba trabajar en un bar donde atendía a un hombre con unos hermosos ojo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Mami triste? — SeungMin quiso trepar a la barra de la cocina — ¡Mami! No llores.
— No, Minnie, no estoy triste. Estoy cortando cebolla — rio suavemente mientras tomaba al pequeño para sentarlo en la mesada.
— ¿No triste? — preguntó confundido.
— No triste — afirmó.
— Está bien, mami — jugó con sus pies y entrelazó los deditos de sus manos.
— ¿Tú estuviste llorando, SeungMin? — TaeHyung se acercó para acunar el rostro del niño.
— Extraño mucho a papá, mami — un pequeño puchero apareció en su labio inferior.
— Papá está de viaje, amor, fue a ver a su familia. Si tú estuvieras lejos de nosotros nos extrañarías, ¿cierto? — SeungMin asintió — Bueno, a papá le pasa lo mismo. Tiene que ver a su mamá y a sus hermanos.
— Oh, está bien. ¿Tú lo extrañas?
— Sí, me acostumbré a tenerlo aquí todos los días — pellizcó la nariz del omega haciéndolo reír.
— Mmmh, mami — lo llamó luego de unos minutos.
— ¿Qué?
— ¿Papá Seo va a volver?
— Espero que no vuelva en mucho tiempo, SeungMin. Estamos bien sin él.
— ¡Sí! No gusta cuando está cerca, lastima.
— Jamás voy a dejar que él te vuelva a lastimar. Mi pequeño bebé, has sufrido tanto.
TaeHyung encerró el cuerpo de su hijo entre sus brazos. El niño descansó sus manitos en los hombros de su mamá y dejó un suave beso en la mejilla del omega mayor.
— Te amo mucho, mami.
— Yo también te amo, Minnie. Eres el mejor niño del mundo — SeungMin abrió sus ojos, sorprendido.
— Tú eres la mejor mamá del mundo — TaeHyung rio.
— Estoy seguro de que no conoces a muchas madres — SeungMin frunció el ceño, confundido, pero optó por sonreír.
◇◆◇◆◇
— ¡Hola, papá! — saludó sorprendido cuando vio la cara de JungKook en la pantalla.
SeungMin tenía entre sus pequeñas manos el celular de su madre, de manera intencional había iniciado una videollamada con JungKook.
— Hola, mi niño. Es tarde, ¿por qué no estás durmiendo?
— No retes — hizo un puchero y frunció sus cejas — Mami me dejó jugar con su celular, pero apar-reciste en la pantalla.
