❝ Una historia con un alfa abusivo había traído al mundo lo que TaeHyung más amaba; su hijo. Luego de haber escapado de ese ambiente, él daría todo por su pequeño.
Por eso, le tocaba trabajar en un bar donde atendía a un hombre con unos hermosos ojo...
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La pierna de TaeHyung cayó sobre los muslos de JungKook. El sol golpeaba contra sus rostros. Los dedos del omega pasaron sobre el pecho y los brazos del contrario, contorneando la forma de sus tatuajes.
Dejó un beso en el pectoral de JungKook antes de sentarse en la cama. Arrastró sus ojos por toda la habitación, buscando su ropa interior o alguna ropa para ponerse.
— Tenemos un hijo, huir por la mañana no te ayudará en nada.
TaeHyung sonrió cuando sintió la mano de JungKook acariciarle su desnuda espalda. Los dedos del alfa pasaban sobre los músculos del omega.
— Siempre arruinas todos mis planes — bromeó.
— Lo sé.
JungKook se sentó, colocando sus piernas a los costados de TaeHyung y sus manos sobre su estómago. Dejó un beso en el hombro izquierdo del omega y este, por instinto, recostó su espalda contra el pecho del pelinegro.
— Estoy tan cansado — recostó su cabeza en el hombro de JungKook.
— Qué halago.
— No era un halago.
— Lo voy a tomar como tal.
TaeHyung rio y se desenredó de los brazos de JungKook para poder levantarse. Agarró los mismos bóxers que había utilizado la noche anterior —ya que en la nueva casa no había ropa para él—, se colocó encima una remera blanca que encontró en la mochila de JungKook y unos pantalones de jean negros.
JungKook salió del baño de la habitación con el cepillo de dientes entre sus labios. Al contrario de TaeHyung, el alfa tenía puestos unos pantalones deportivos grises a modo de "pijama"
— Recién me llamó Jackson, dice que en unos minutos viene.
— ¡Genial! Espero que Minnie se haya portado bien con él.
— Bueno, Jack acompañó el mensaje con un "y de paso te llevamos a tu hijo diablo"... Sí, seguro que se divirtieron.
TaeHyung se carcajeó mientras ingresaba al baño para poder hacer sus necesidades e higienizarse. Se observó frente al espejo, su cabello estaba hecho un desastre, pequeños rizos se escapaban de su peinado y sus clavículas estaban cubiertas de pequeñas marcas moradas.
TaeHyung pasó la yema de sus dedos sobre los moretones y sonrió recordando la noche anterior. Lavó su cara, cepilló sus dientes y salió, encontrándose a JungKook recostado en la cama con el celular entre sus manos. El omega acarició el estómago de JungKook para atraer su atención.
— Levántate, estoy aburrido.
— No soy tu payaso, cariño.
TaeHyung marcó un puchero en sus labios, JungKook se sentó agarrando entre sus manos la cintura del omega y atrayéndolo hacia él. La boca del alfa quedó pegada al estómago de TaeHyung y las manos del rubio se enredaron en el cabello de JungKook.
