Con rostros pálidos y demacrados, era el miedo y la histeria en su máximo esplendor. El Salón de Acuerdos estaba atestada de gente gritando, insultos y plegarias al unísono.
El ataque del nahual no había sido lo único aquella noche, el hijo de Amador agonizaba y algunos susurraban que no podría pasar la noche. El cuerpo de Rolando fue hallado al día siguiente colgado de un árbol, sin un brazo, bañado en sangre y con apariencia seca, como si aquel monstruo le hubiera succionado el alma. Su rostro parecía suplicar el perdón, de su boca torcida salían ciempiés y bichos oscuros que se alimentaban de él demasiado rápido. La llegada de Gabriel había ayudado a confirmar lo que el viejo Cristóbal y Antonio habían platicado días antes.
Como antaño, tomaron medidas secretas que solo involucraron a poco de los fundadores en los que verdaderamente confiaban, habían puesto a vigilar a su propio brujo que según protegería al pueblo del ataque, así como a mujeres que actuaran de forma extraña. Sus sospechas fueron aprobadas por Gabriel, quien contó todo lo que había en los bosques, los espectros que rondaban, los entes que vagaban obedeciendo a uno solo.
—¡Les dije que olvidaran la celebración! —recriminaba Gabriel a los señores, uniéndose a los que estaban en el salón. Él daba vueltas mientras ellos escuchaban sentados en su lugar de honor en la mesa.
—Es una celebración ancestral —repitieron los ancianos, quienes de algún modo agradecían los gritos que disfrazaban aquella conversación, Antonio prosiguió: — y aunque no lo creas, ha servido para ver a aquellos de los que tú sospechas.
—¿Y de qué ha servido! Casi matan al hijo de Amador. Y Rolando está muerto.
—Tomaremos medidas. —Respondió Abelino.
— ¿Qué? ¿Otro toque de queda que ustedes mismos romperán por asuntos ancestrales y para que la gente de otros lugares piense que no pasa nada cuando es todo lo contrario? —replicó Gabriel, claro que estaba enojado, pero lo que más hacía incrementar su enojo, era lo apacible que se veía su padre, mientras él temía por su vida.
—Orden, orden —Alberto hizo sonar las campanas, era claro que solo darían instrucciones de cuidado a los demás, recomendó lo que Gabriel dijo a unos.
Por fin las celebraciones se pondrían pausa hasta nuevo aviso, se recomendó reforzar los establos y corrales. Los que tuvieran rifles, escopetas o pistolas las mantuvieran pulidas y para uso en caso de emergencia como una intromisión forzosa, lo cual a muchos les entró pánico saber que incluso el nahual podía hartarse de los animales. Muchos de ellos preguntaron si el ajo, el moll tendría algún efecto protector contra la bestia, Gabriel respondió:
—No. Pero ayudará a que los que le sirven no pueda entrar a sus hogares, porque les juro, hermanos —habló ante las personas que lo oían como si fuera el padre oficiando una misa—, que aquella bestia que tememos, puede incluso estar entre nosotros, puede ser tu hermana, tu padre o madre y nunca lo sabrás. Sin embargo, los espectros que rondan por el bosque, están a la espera de este miedo que va creciendo, para meterse en sus hogares, alimentarse de él y robarse sus espíritus. Así que sí, usen lo que tengan en casa; agua bendita, ajo, crucifijos, quemen tabaco y chile para ahuyentar al mal, eso servirá como una barrera. Sobre todo, no salgan de noche, bajo ninguna circunstancia.
Cuando los demás se retiraron cabizbajos, ya estaba cayendo la tarde, el sol no se había dignado en aparecer entre las montañas. El cielo permanecía nublado, la neblina cubría el valle como si se tratara de un océano espumoso, los bosques cobraron cierta apariencia macabra que indicaba peligro a cualquiera que lo cruzara. En todas las casas y haciendas acortaron sus horas de trabajo y el aspecto triste y maldito de Villa Rica hacia pensar a muchos que alejarse de ella era lo mejor que podían hacer.
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NAHUAL
Paranormal"En un pueblo abandonado de las manos de Dios, las leyendas toman forma de un monstruo con sed de sangre" El Nahual ha regresado, Los espíritus malignos acechan en la oscuridad, Al caer la noche, todos se esconden, atrancan bien sus puertas, guardan...