Harry nunca ha sido bueno con los niños.
No ha tenido mucha práctica con ellos en su defensa. Creció con una hermana mayor, todos sus primos eran mayores o de la misma edad que él, y no fue hasta que su hermana tuvo hijos que realmente tuvo sus primeras experiencias con los bebés. Aprender a ser el tío Harry fue suficiente para que le salieran algunas canas, más de las que jamás consiguió en la escuela de medicina. Por mucho que ame a su sobrina y a su sobrino, no puede comenzar a describir el alivio que siente al saber que están siguiendo a su hermana hasta la puerta al final de la visita.
Entonces, cada vez que ve a un paciente menor de dieciocho años en su libreta, ya sabe que no será un buen día.
—¿Tienes un minuto? —, pregunta Harry, deteniendo a Louis por su cintura cuando el omega pasa por la estación de enfermeras.
Louis levanta una ceja, pero asiente lentamente, inclinando la cabeza con curiosidad.
—Por supuesto—, dice fácilmente, abrazando su libreta contra su pecho—. ¿Qué pasa?
—Riley Mueller, catorce años, habitación 215A; ha estado teniendo convulsiones y encontramos una hemorragia cerebral aguda—, dice Harry, y hace una pausa bajo la mirada curiosa de Louis. Duda un segundo antes de soltar la mano de la cintura de Louis—. Necesito que entres mientras le digo que necesita cirugía.
Louis levanta una ceja divertido.
—Eres neurocirujano—, dice inexpresivamente.
—Sí, no estoy en jodida pediatría por una razón—, Harry pone los ojos en blanco—. Vamos. Me has dicho que tienes un minuto. Sólo tienes que quedarte ahí, es fácil.
Louis lo mira fijamente y Harry suspira bajo su mirada.
—Quiero decir. A menos que empiece a llorar—, murmura. —Tu eres sólo—
—¿Un omega? —, sugiere Louis.
Harry hace una pausa.
—Iba a decir tranquilizador y muy maternal, pero sí. Eso también.
Sabe que merece la mirada que Louis le devuelve, y conoce a Louis lo suficientemente bien como para saber que no está contento con el hecho de que Harry esté usando a su omega para su beneficio.
—Sólo porque Riley es una buena chica—, suspira Louis, pero Harry sabe que no importaría qué niño estuviera en la habitación 215A en este momento. No sabe qué pasa con los niños y Louis, pero nunca ha conocido a un niño que no ame al omega. Demonios, nunca ha conocido a nadie que no amara al omega.
Harry le sonríe, sus grandes manos aprietan los estrechos hombros de Louis.
—Te lo debo—, insiste, y Louis simplemente pone los ojos en blanco, inclinando la cabeza hacia la habitación de Riley.
—Yo también tengo mis propios pacientes, ¿sabes? No tengo todo el día, así que si vas a hacer que consuele a los niños que lloran, será mejor que sea pronto—, reflexiona Louis, y Harry se ríe, dejando caer sus manos de los hombros de Louis. Espera un minuto antes de llevar a Louis a la habitación del hospital, tocando una vez la puerta antes de entrar con Louis detrás de él.
—Buenos días, Riley. ¿Has dormido bien? —. Saluda Harry cuando entra a la habitación, la joven rubia está sentada con ojos somnolientos.
—Bien—, responde ella, frotándose los ojos con los puños. Teniendo en cuenta que ha tenido la misma migraña durante las últimas tres semanas y convulsiones ocasionales, todo parece estar en el lado positivo de las cosas—. Acabo de despertarme.
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A Common Place Affliction • [ls ; traducción]
Fanfiction-Deberías irte a casa-, reflexiona Louis, y Harry puede sentir al omega agacharse para estar al nivel de sus ojos, tocando su mejilla con un delicado dedo. Harry levanta el brazo y echa un vistazo al rostro de Louis. Parece cansado, nota, pero no ex...