Kuroshitsuji Fanfic [Grey y tú]

Capítulo 30.5: Investigaciones fructíferas

[DISCLAIMER: CAPÍTULO AÑADIDO EN LA RE-EDICIÓN DE 2023]

Habían pasado varios días desde que le pedí a Ciel el favor de investigar los trapos sucios del conde Lewis R. Captor y aún no había recibido noticias por su parte.

-Buff... ¿Y si no ha encontrado nada? -pensé apurada.

Meneé la cabeza como para apartar ese pensamiento de mi mente.

-No..., él dijo que estaría algo ocupado estos días con lo de Sullivan, pero que tendría la información para antes de la boda -pensé, tratando de reafirmarme en que todo saldría bien al final.

Abrí la ventana del cuarto para ventilarlo un poco y me quedé allí parada de pie, mirando el paisaje.

-¿Cuándo fue la última vez que me detuve a mirar el paisaje libre de preocupaciones? -pensé. Suspiré y, en voz alta esta vez, dije-: A veces echo de menos aquellos tiempos en lo que todo era más sencillo.

-Pero no sería tan divertido -dijo una voz desde el umbral de la puerta.

Me giré para ver a Grey apoyado en el marco de la puerta de brazos cruzados y con una sonrisa.

-John ha vuelto del reparto -me informó él, sabiendo que estaba esperando a que éste volviera para preguntarle si tenía correo.

-Gracias -dije saliendo a toda prisa de la habitación, pero parándome a darle un beso en la mejilla cuando pasé por su lado.

Corrí por el pasillo hasta llegar a las escaleras y las bajé lo más deprisa que pude para llegar a la primera planta y seguir corriendo por el pasillo; de camino hacia la entrada del palacio, como iba corriendo, casi me choco con un par de sirvientas que pasaban distraídas.

-¡Disculpadme! -exclamé rodeándolas a tiempo.

Las sirvientas parecieron sobresaltadas ante mi aparición repentina en sus campos de visión, y a una de ellas hasta se le cayó del susto las sábanas bien dobladas que llevaba en las manos.

Cuando llegué a la entrada de palacio, vi que John estaba hablando con Phipps, por lo que me esperé a un lado -calladita- a que terminaran de hablar. A pesar de que yo no tenía intención de interrumpirles, a Phipps pareció molestarle mi presencia allí.

-Bueno, te sigo contando luego, ¿vale? -le dijo Phipps en un tono ligeramente menos serio de su tono habitual.

No dijo nada respecto a mí, pero sí que me dedicó una mirada fría antes de irse.

John se giró para continuar con su camino y fue ahí cuando, al girarse, me vio.

-Oh, hola _____ -me saludó él-. ¿Vienes a preguntar por el correo?

Asentí con la cabeza.

-Sí, así es -dije, reafirmándome.

-En ese caso lamento informarte de que no tengo ninguna carta a tu nombre -me dijo él meneando de lado a lado la cabeza-. Lo siento.

-¿Ni una sóla de Patricia? -pregunté algo desesperada-. ¿Ni siquiera del conde?

John volvió a negar con la cabeza.

-Vaya... -dije mientras sentía cómo me empezaba a desmoronar.

-Si llega alguna carta de cualquiera de ellos, te informaré de inmediato -me dijo él, con aire alentador-. Si me disculpas, he de continuar con mis tareas diarias.

-Oh, sí, claro... -dije, recomponiéndome en el sitio-. Ve, no quiero retrasarte.

John se despidió con un gesto de mano y continuó todo recto por el pasillo. Me quedé parada en el sitio mientras observaba cómo se iba alejando.