Capítulo 11: El rescate inesperado

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Había caído la noche y el reloj marcaba ya las 22:45h.

Todos -Su Majestad, John, Grey y Phipps- habían tenido que salir por la tarde debido a un evento muy importante en el que debían honrar con su presencia; Grey me preguntó si quería asistir con ellos, pero no me sentía de humor y tampoco sentía que "debiera" estar allí con ellos, así que, amablemente me negué.

Después de lo ocurrido en estos últimos días sumado a la "escenita" que había montado mi padre hoy, me sentía fatal, mejor dicho, me sentía como una carga. Sabía que después de todo lo que había pasado, no podía volver a casa, pero en el fondo sentía que tampoco podía quedarme para siempre en el Palacio Real. Sentía que había pasado de ser una carga para mi familia a serlo ahora para Grey y para Su Majestad.

-No quiero vivir de esta manera -pensé sombríamente mientras agachaba la cabeza-. No quiero ser una molestia para nadie más... Pero no sé qué debo hacer o a dónde debo ir -exhalé un suspiro-. Para bien o para mal, no puedo desaparecer así sin más; así que, por el momento, me quedaré aquí.

Estaba tumbada en la cama de Grey, mirando hacia el techo, pero sin centrar la vista en ningún punto en concreto. Mi cabeza no paraba de ser acosada por pensamientos negativos e intrusivos acerca de mi situación actual por lo que me revolví nerviosa en la cama.

-¡Agh, no puedo seguir pensando en esto! -pensé mientras me incorporaba en la cama deprisa-. Debo hacer algo, necesito distraerme con algo.

Me levanté de la cama y fui en dirección a mis maletas, las cuales aún no había desecho. Me agaché delante de ellas y, lentamente, empecé a abrirlas.

-Mmm... Veamos que me ha metido Patricia en las maletas.

Eché un vistazo al interior de las maletas para encontrarme sobre todo con ropa, pero también había tres pares de zapatos, un neceser bastante completo y un par de libros -los cuales eran mis favoritos- y una foto enmarcada de familia.

-Me pregunto si podría pasarme algún día por la mansión para asegurarme de que el resto de mis cosas están bien... -pensé mientras miraba más de cerca la foto familiar.

Suspiré y dejé la foto sobre la superficie de la maleta. Cogí el neceser y lo observé unos segundos.

-...Tal vez podría aprovechar para ir a darme un baño relajante -pensé algo más animada.

Con aquel pensamiento en mente, me erguí en el sitio con el neceser en los brazos y me dispuse a salir al pasillo. Anduve por el largo pasillo, mirando a mi alrededor mientras me preguntaba mentalmente cuál sería la puerta que me llevaría al baño.

-Creo recordar que el baño quedaba en una puerta que estaba a la derecha...

Comprobé varias puertas -una habitación de invitados, otra habitación de invitados, un despacho, una pequeña biblioteca privada- hasta que di con la que daba a un lujoso baño.

-Vaya, es enorme -dije maravillada mientras observaba el interior aun con la mano puesta en la manilla de la puerta.

Cerré con delicadeza la puerta del baño detrás de mí; luego me dirigí hacia el lavabo y, en la mesa de mármol blanco en la que estaba situado, apoyé el neceser y lo abrí para sacar un frasco de perfume con aroma de rosas, un pequeño bote de champú y un pequeño bote de gel.

Me giré y abrí el grifo de la gran bañera para que fuera llenándose de agua caliente; al cabo de unos minutos, lo cerré. Mientras había estado esperando a que se llenara la bañera, me había dedicado a encender unas pequeñas velas para así, poder apagar las del candelabro y, de ese modo, crear una atmósfera más «tenue».

Kuroshitsuji Fanfic [Grey y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora