Capítulo 17: Vuelta a palacio

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Al salón entró Sebastian con un candelabro en la mano.

-Vaya, parece que nos hemos quedado a oscuras -dijo él con una sonrisa despreocupada.

Todos le miramos boquiabiertos; no porque estuviera sin un rasguño, sino por la manera de actuar tan deliberadamente serena.

-Sebastian, ¿qué ha pasado? -preguntó el conde aún preocupado.

Sebastian nos dirigió una mirada.

-Ese... "monstruo" ya no está entre nosotros -se limitó a responder-. Cuando acabé con ella se convirtió en cenizas.

-¿En cenizas? -pregunté algo asombrada.

-Sí, señorita ________ -me contestó Sebastian mirándome directamente a los ojos.

La intensidad de su mirada me hizo sentir un pequeño escalofrío por la espalda.

-¿Pero qué era esa cosa? -inquirió Bullet.

Sebastian pareció titubear unos segundos antes de contestar:

-Es un asunto... complicado y confidencial -hizo una leve pausa-. Ahora llamaré a un carruaje para usted y el señor Russell, pero os pido que no contéis nada de lo sucedido estas noches aquí.

-Pero... -dijo Bullet.

Una oscura aura apareció por detrás de Sebastian mientras con una sonrisa forzada les dijo:

-No dirán nada y dejarán que el perro guardián de la reina se encargue de todo, ¿lo han entendido?

Bullet se tragó saliva mientras una gota de sudor le caía por la frente y el resto nos limitamos a asentir rápidamente con la cabeza.

-Esa sonrisa da miedo... -pensé tragando saliva.

En ese momento entraron el resto de sirvientes de la mansión -Mey Rin, Bard, Finny y Snake- acompañados de Ivy.

-¿Ya se ha terminado? -preguntó ella con semblante preocupado-. ¿Habéis capturado al culpable?

Carl se ocupó de poner al corriente de todo lo que había pasado a Ivy mientras Ciel y Sebastian llamaban y organizaban los carruajes para que cada uno de nosotros pudiéramos volver a casa.

Un rato después llegaron los dos primeros carruajes; el primer carruaje se encargó de llevar a Russell y a Bullet a sus respectivas casas y el segundo carruaje a Ivy y a Carl.

Quedándonos un pequeño grupo de personas -Lau, Ran Mao, Grey y yo- con Sebastian y Ciel, éstos parecieron relajarse un poco y, mientras esperábamos a que llegara nuestro carruaje, Grey les preguntó mostrándose algo más serio:

-No, en serio, aquella cosa... ¿qué era? 

Sebastian y Ciel intercambiaron una veloz mirada.

-Si se lo digo, no lo van a poder creer -nos dijo Sebastian.

Grey exhaló un suspiro y se llevó una mano a la cadera.

-Sabes que, a pesar de que el conde haga su propio informe sobre lo ocurrido aquí, nosotros también tenemos que informar a la reina -le dijo Grey-. Dínoslo.

Ciel asintió con la cabeza, como si diera el visto bueno a que Sebastian nos lo contara.

-Aquella "mujer-araña" se trataba nada más ni nada menos que de un demonio -contestó Sebastián.

Ambos abrimos los ojos de par en par.

-¿¿Cómo?? -pregunté sin poder creerlo-. Pero... ¡Pero eso es imposible!

Kuroshitsuji Fanfic [Grey y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora