-Una mirada dice lo que el corazón siente-

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Estoy al lado de Luzu, con mi cabeza recostada en su hombro..
Vemos una película, algo normal para mí y para él, incluso para sus padres.

Después de todo, lamentablemente soy su mejor amigo, y no pasó de eso.

Odio el contacto físico, no es algo que quiera o me llame la atención, muchas veces me incómoda.
Pero cuando viene de el puedo dejar que lo haga sin ningún problema.

–¿Te esta gustando la película Quacks? Últimamente estás más callado que de costumbre– Menciona Luzu divertido.

Y tiene razón, siempre estoy hablando cómo loro.
Pero he estado pensando mucho

Sobrepensar es uno de mis mayores defectos.

–Claro que si mi buen Lusu, esta chingona– Contesté con una sonrisa.

Por el resto de la tarde que estuve así trate de poner mi atención en la película..

¿Dejará que otras personas se acuesten en su hombro así?
Nunca lo he visto, pero tal vez pase.

–¿Y si cocinamos galletas? Somos pésimos para eso pero vale la pena– Dijo Luzu mientras apagaba la televisión.

Yo salí de mi trance y asentí –Nomas tenemos que acordarnos, aún con nuestra memoria junta seguimos valiendo verga–

Reí al recordar las galletas literalmente echas de piedra que hicimos la anterior vez que yo estuve aquí.

–No prometo nada, también tienes que poner de tu parte– Mencionó Luzu mientras me extendía la mano para que pudiera pararme del sofá.

De hecho... No salieron nada mal.
Me enorgullecía decir que yo había ayudado (Mirando) a hacerlas.
Pero algo que hay que reconocer es que recordé que pusimos más tiempo de lo planeado en el horno.

–Quedaron deliciosas– Alardeo Luzu, cómo sin fuera todo su trabajo cuando yo hice una gran aportación.

–Claro, porque yo estuve aquí– Dije con una sonrisa victoriosa.

Después de eso nos pusimos a limpiar todo, pues al momento de mezclar, etc..
No habíamos sido muy cuidadosos.

–Así no se barre Quacks– Dijo mientras yo lo miraba indignado.
Habíamos tirado varias chispas de chocolate debido a que a alguien (Yo) se le había caído el frasco que las contenía.

Agarro mi mano y la acomodó, y sentí que se me bajó la presión, necesitaba una coca.
¿Esto es un amor tercermundista? Porque emocionarme de que me enseñe a agarrar una escoba no es muy lindo que digamos.

Yo quería que chocaramos y me ayudará a levantar mis libros, y rozar mi mano con la suya antes de avergonzarme y salir corriendo de ahí.

Eso solo pasa en las películas gringas y cliché al parecer.

Por el resto de mi maravillosa estadía en su casa me la pase jugando videojuegos con él, incluso su hermano pequeño Anselmo (No pregunten por su nombre) llegó de su partido y jugó un rato con nosotros.

Cuando Anselmo bajó por un jugo de mango (Saben muy chingones los recomiendo) Obviamente le volví a ganar a Luzu, es que tan sólo miren contra que Dios está jugando.

Cuando Anselmo regresó yo me levante para dejarlo sentar donde anteriormente me senté yo, ya que ahí había mejor vista de la pantalla y nos estabamos turnando.

No sé cómo ni cuando chocó contra mi derramando un poco de jugo en mi maravillosa playera blanca.

Me quería morir, pero Anselmo era un pan de Dios cómo para enojarme con él.

–¡Anselmo! Tienes que tener más cuidado con eso– Hablo Luzu casi regañando a su hermano.

Pinche Luzu pendejo, se notaba que Anselmo quería llorar.

–No pasa nada, también yo hago unas barbaridades – Sí, mi vocabulario cambia cuando hay niños.

–Te prestó una playera y me la regresas luego, no hay problema– Dice Luzu mientras se levanta y me pasa una playera negra de su clóset.

Yo estaba más que encantado, aunque la playera me quedará de cholo olía a Luzu (Luzu huele a perfume caro para los chismosos)

El pobre Anselmo mejor se fue a su cuarto, todo por culpa de Luzu, aunque lo perdono por darme su playera.

Hi
Me di cuenta que casi no le meto historia entonces aquí está.

Ya no me convence tanto la narración en primera persona por parte de Quackity