número uno.

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Haerin y Danielle tenían que admitir que sus padres se tomaron la noticia bastante bien, sacando de lado el regaño que se llevaron por no cuidarse, se pusieron contentos y las felicitaron. Salió mejor de lo que pensaron, sus madres ya estaban planeando comprar cosas como la cuna y pañales y sus padres intentaban hacerse los duros pero se podía ver las ganas de llorar que tenían.

Luego estaban sus amigos, ellos las felicitaron y Jeongyeon aprovechó para burlarse por apostar que Nayeon y ella serían las primeras en ser madres.

La pareja había decidido irse a vivir juntas a un departamento más grande, con ayuda de sus padres a sus antiguos departamentos los alquilaron y con ese dinero lograron comprar un hogar más espacioso para su bebito en camino. Cuando se mudaron, Danielle no dejó que Haerin haga absolutamente nada, no la dejó cargar cajas o las valijas con ropa por más que la castaña estaba en condiciones de hacerlo, Marsh prefería que se quede sentadita comiendo pollo mientras ella hacía todo.

Los días pasaron, el departamento ya estaba ordenado y con sus cosas en su lugar, Danielle empezó a dar clases como profesora  de matemática en una prestigiosa escuela secundaria y Haerin como técnica dental. Pero este martes a la mañana ninguna fue a trabajar porque tenían una cita con el obstetra, su primera cita.

Haerin estaba nerviosa, muy nerviosa, movía su pie impaciente contra el pulcro suelo de la sala de espera mientras jugaba con los largos dedos de Danielle que se encontraba a su lado notándose un poco menos nerviosa que ella.

-Amor, tranquilízate, ¿si? Todo va a salir bien-Dice la pelinegra con voz suave mientras acariciaba su castaño cabello.

-Lo siento, es que vamos a ver a nuestro cachorrito por primera vez- Suspira -Tengo miedo y estoy muy ansiosa.

-Me di cuenta, siento que me vas a romper los dedos- dijo haciendo una pequeña mueca de dolor, Haerin rápidamente la soltó algo asustada.

Al pasar unos 25 minutos aproximadamente un hombre beta los llamó, la pareja entró al consultorio y se sentaron frente al hombre quien les sonrió dulcemente.

-Bien, Haerin, Danielle, mi nombre es Kim Seungmin y las voy a acompañar en todo es trayecto y también voy a ser yo quien realice las cesárea cuando su cachorrito nazca- se presenta sin borrar su sonrisa y sigue hablando luego de recibir un asentimiento por parte de la pareja -Veamos, Haerin, ¿has experimentado algo durante estas semanas? Mareos, náuseas, vómitos...

-Mmh, las primeras semanas mareos y algo de náuseas al oler alguna comida, vómitos muy pocos y algo de cansancio. Al principio pensé que solo había comido algo que me hizo mal hasta que decidí hacerme una prueba de embarazo y... bueno, dio positiva. Y por ahora solo nauseas -murmura viendo como Seungmin escribía algo.

-Bien, ¿no sentiste dolores fuertes en el vientre o sangrado al orinar? -Haerin negó -Genial, acuéstate allí y súbete la camisa- Haerin asintió con la cabeza e hizo lo que el profesional le indicó -Esto puede estar un poco frío.

La castaña tuvo un pequeño espasmo por el frío de esa especie de gel.

-¿E-Es normal que esté tan frío? -pregunta algo asustada y el médico asintió con una sonrisita burlona. Era bastante normal que los omegas se asusten por cualquier cosa puesta sobre su vientre, pues su instinto de protección estaba en alerta.

Danielle se acercó y tomó la mano de su omega viendo como Seungmin pasaba un aparatito por el vientre ajeno. El médico señaló un pequeño puntito en el monitor a unos centímetros de distancia de ellos.

-Esta cosita que está aquí es su cachorrito- menciona Seungmin sin dejar de mover ese aparato -Mide aproximadamente 84 milímetros y pesa 14 gramos.

La pareja estaba embobada viendo ese pequeño puntito moviéndose levemente, ahí estaba su cachorrito y dentro de poco podrían tenerlo entre sus brazos. Seungmin se quitó los guantes de látex y le dio a Danielle unos pañuelos para limpiar a su omega.

-¿Está todo bien?- pregunta Danielle.

-Claro que sí, se ve que está sano. Bien, cualquier cosa que sientan que puede estar mal vienen aquí de inmediato. Si te empiezas a sentir mal o sangras, vienes, eso puede ser peligroso- habla en un tono serio pero sin perder la simpatía y amabilidad- Nos vemos dentro de tres meses, ¿les parece? Lo único que te diré, Haerin, es que comas más frutas y verduras.

-Claro, gracias doctor- sonríe Haerin antes de salir del consultorio.
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[...]
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El cuerpo de Haerin empezó a removerse encima de la cómoda cama, abrió sus ojitos con pereza y se sentó con cuidado observando la oscuridad de la habitación, ladeó su cabeza e hizo un puchero al divisar a su alfa durmiendo. Se estiró y prendió su luz de noche para después mover el brazo de la rubia levemente.

-Da- Danielle… ㅡla llamó hasta que la alfa empezó a despertar.

-¿Qué ocurre, Hae?- pregunta Danielle con la voz ronca y rasposa.

-Quiero helado y fresas...

La alfa asintió con la cabeza y se levantó de la cama sobando uno de sus ojos, hace varios días que Haerin empezó a sentir antojos y la despertaba a mitad de la noche pidiendo algo para comer, ya sea cosas dulces, saladas o juntas. Una vez por poco la manda a comprar una tarta a las tres de la madrugada.

Su olor a cachorrito había incrementado, el olor a leche y galletas estaba por todo el departamento. Y muchas veces la pilló oliendo su ropa o el dorso de su mano, Haerin amaba tener ese olor y varias veces obligó a su alfa a olerle el cabello o cuello. Danielle no se negaba, era muy tierno ver lo entusiasmada que se veía.

Haerin le agradeció con una radiante sonrisa y un beso en la mejilla antes de empezar a comer felizmente.

-Come- dice, obliga, Haerin poniendo una fresa frente a los labios de Danielle.

-Come tú, cosita, es para ti- dice Marsh alejando delicadamente la mano de su omega.

-Pero el cachorrito quiere que comas también. Come- vuelve a insistir con un pequeño puchero.

-Oh, ya veo- ríe bajito colocando su mano encima del vientre de Haerin -Quieres que mamá alfa coma con mami omega, tiene sentido.

Sin más mordió la fruta y al terminar de tragar besó la mejilla de Haerin quien comía felizmente el helado.

-Cachorrito está feliz ahora.

-Ya lo creo amor.

𝗖𝗨𝗜𝗗𝗔𝗡𝗗𝗢 𝗔 𝗠𝗢 𝗘𝗨𝗡𝗛𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora