Th-te vi aquella noche con el y te compre con un solo y único motivo. Mi plan era simple, no enamorarme de ti y falle
In-no esperaba nada, mi espíritu estába marchito y yo estaba muerta en vida hasta que llegaste. Hasta que me llamaste... Mon Chéri...
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──◈⭑⸱◦ᮀᨘ۬──
Los truenos retumbaban en las viejas ventanas de aquella casa en el callejon, las gotas de lluvia impactaban fuertemente contra el cristal en aquella habitación en donde apenas había una cama y no en las mejores condiciones, un viejo y desgastado cajón de madera con una pequeña lámpara de noche sobre ella y un pequeño mueble para guardar la ropa acompañado con pequeño sillón que en realidad era lo único en buen estado, la electricidad era casi nula en algunas partes de la casa y está habitación claro que era una de aquellas partes, por lo que a esta hora aquella chica de hermoso y largo cabello color azabache, labios medianamente pomposos, ojos marrones y delicado pero bien formado cuerpo enfundado ahora por un par de jeans azules, una playera blanca, unos tenis del mismo color y una sudadera negra eran esta noche las encargadas de esconder aquel amargo y cruel momento mientras que ella se dedicaba a encender lo único que en esa habitación tenía electricidad, si la pequeña lámpara.
Tomó un libro, libro que era su única compañía y se dispuso a sentarse en la orilla de la fria cama. Literalmente deboro el primer capitulo y cuando estaba por comenzar a leer el segundo capitulo, un fuerte portazo proveniente de la parte de abajo seguido de aquella voz lograron hacer que de golpe volviera a su realidad cerrando el libro y dejandolo sobre su cama caminando hasta la puerta decidida a abrirla, sin embargo su padre entró de golpe haciéndola retroceder al instante
—Inara, ¿acaso no escuchas?—protesto de inmediato tomándola bruscamente del brazo jaloneandola asi hasta sacarla de la habitación llegando a la sala—en todo este tiempo y a pesar de lo que paso, no me eres útil!!—grito para después sonreír, definitivamente el hombre no estaba en sus cinco sentido pues su mano libre temblaba y si cuerpo se notaba ansioso
—papá, apenas llegaste déjame
—¡¡cállate!!—una fuerte cachetada impacto en la mejilla de la azabache—esta noche no me importa que la cena no este servida en mi maldito plato
—papá no
Y abrió la puerta dejándo a la azabache con la palabra en los labios, la lluvia extrañamente había parado, pero los truenos seguían haciendo acto de presencia en todo el cielo retumbando en el mismo Las lágrimas de la azabache estaban por hacer su aparición cuando cinco camionetas invadieron aquel callejón aparcando justo frente a ella, miro a su padre y el hombre simplemente sonreía ansioso y feliz de oreja a oreja al mismo tiempo que de una de aquellas camionetas salía un hombre alto, de cabello castaño, traje negro y bien parecido con un cigarrillo en mano junto con tres hombres más caminando a su lado y detrás de él
—señor Chwe, esta es mi hija
El hombre la miró de arriba abajo para después mirar al señor Soo quien mantenia su mirada fija en el con impaciencia
—¿estas seguro?—pregunto ladeando ligeramente su cabeza sacando el humo de sus labios-es decir es tu hija
—¿y eso que?—pregunto con indiferencia y su contrario suspiro
