Th-te vi aquella noche con el y te compre con un solo y único motivo. Mi plan era simple, no enamorarme de ti y falle
In-no esperaba nada, mi espíritu estába marchito y yo estaba muerta en vida hasta que llegaste. Hasta que me llamaste... Mon Chéri...
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《ꪶ፧๋࣭⭑》
—Inara—
Me había despertado temprano, después de lo que pase anoche y de lo que el me dijo no había dormido más que tres horas intercaladas. Me sentia sofocada, quería salir de aquí, conseguir un trabajo, pagarle aunque me tardará años y no volver a verlo, ni a el ni a Vernon, pero ilusionarme eh intentar salir de aquí mirando la seguridad que tenia en cada rincón hacia que aquellos pensamientos fueran en verdad imposibles así que suspire haciendo mi cabello hacia atrás con ambas manos dejándolas unos segundos apoyadas en mi cuello mientras miraba la hermosa vista que el balcón me ofrecia. Pose mis manos en el barandal inclinándome un poco y cuando estaba por dar media vuelta y regresar a aquella habitación la voz de él se escucho a mis espaldas haciéndome voltear de golpe soltando el barandal Vestía un pans en color negro como sus ojos, una playera a juego, su cabello se veía peinado pero con unos cuantos mechones rebeldes alborotados, los golpes en su rostro ya no eran tan visibles y usaba....
—¿despiertas tan temprano?—pregunto mirandome, sus manos se mantenían en los bolsillos de su pans
—¿Usas lentes? ¿como te sientes?—me fue inevitable preguntar, pero de inmediato mi voz se vio nuevamente interrumpida por la de el
—vamos a desayunar, sígueme—ordenó para después dar media vuelta quitándose sus lentes y yo comencé a seguir sus pasos
El pelinegro se dirigió a la cocina, camino hasta el refrigerador abriendolo y tomando de el la jarra que tenia el jugo de naranja dejándolo en la barra mirando a la azabache de pie en el marco de la entrada
—ven aqui Inara, no muerdo, al menos no por ahora
Dijo para después girar sobre sus talones tomando dos vasos de vidrio, lleno ambos hasta un poco más de la mitad y uno de ellos lo dejo en la barra deslizandolo por el frio y negro marmol hasta que quedara frente a la chica la cual guardaba completo silencio, el soltó un suspiro tomando una de las sillas abriendolas sentándose así frente a ella recargando uno de sus brazos en la barra mientras llevaba su mano a la nuca
—normalmente desayuno solo, nadie a esta hora está despierto excepto mis escoltas, pero contigo aquí creo que eso cambiará¿no es así? Bonita.—en sus labios se dibujo una pequeña línea a modo de sutil y divertida sonrisa
—no me llames así, me incomoda
—tienes razón, bonita es un apodo muy pobre para ti, pensare en uno que sea adecuado, ahora tomate el jugo
—no me llames de ninguna manera, y no gracias
—en la noche tendremos una cita—respondió ignorando completamente a todas y cada una de las respuestas de la azabache
—¿una cita? no quiero—el sonrió negando, su expresión justo en este momento era tan diferente a lo que había visto, pero así como la vi así se desvaneció en cuanto me miró directamente a los ojos
