ᥴᥲριtᥙᥣo sᥱιs

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⠀⠀─⠀¿Cómo se mata a un dios?⠀─⠀ella le pregunto una vez.

Toji permaneció despierto hasta altas horas de la noche mientras le daba a Shai una muestra de su santidad, desnudo en sus brazos mientras murmuraba palabras en su rojizo cabello, apenas eran susurros lo que escapaban de sus labios sangrantes.

¿Cómo te conviertes en un dios?

La luz ardiente ataco sus ojos generando que se estremeciera lo suficiente como para que sus oídos zumben, luego se estremeció aún mas cuando el dolor abrazador se extendió por su cuerpo, especialmente a través de las puntas de sus dedos cubiertos con vendas. Ella intento usar su voz, pero su garganta era como un desierto y su propio susurro áspero raspaba sus sensibles oídos.

Todo lo que Shai podía hacer en esos momentos era mirar hacía el techo que era desconocido para ella, se sentía entumecida esperando que regresara su salvador, o quizas su torturador.

Todo se quedo en silencio una vez la puerta se abrió, su mirada se paso a las manos familiares que llevaban un cuenco de agua y alrededor de una docena de botellas pequeñas diferentes en una canasta. Miro a través de él, a través de sus ojos muy abiertos y a través del suspiro de alivio que salió de su boca mientras corría hacía ella.

¿Cómo te conviertes en un dios?

Habia muchas cosas que quería contarle a su madre. La había dicho que estaba muy harta de fingir, harta de ser la diosa de la primavera cuando todo lo que tocaba moría en sus manos. Quizas siempre había deseado las granadas de la muerte, siempre había caminado voluntariamente hacia la oscuridad con una sonrisa y los brazos abiertos.

Dice su nombre como si fuera una oración, generándole deseos de arrancarle el corazon. No deseaba escucharle, pero lo hacia, cada día de cada momento de su vigilia, incluso mientras dormía o después de tener una pesadilla al escuchar su risa después de haberle roto el corazon.

Pero, sobre todo, odiaba cuando podía escuchar la brusquedad de su voz por el sueño mientras le dejaba acunar su cabeza, haciéndola callar, haciéndole saber que solo era una pesadilla, pero era una pesadilla que había vivido a través de una por la que le había hecho pasar. No es que Toji no reconociera su error, la forma en que estaba desesperado por traer un destello de luz dentro de sus ojos, liberándose de su comportamiento estoico y de labios apretados para susurrar cosas tremendamente dulces en su cabello.

Él le había explicado sus arrepentimientos los primeros días porque se negaba a mirarlo, simplemente miraba la pared hasta cuando él le quitaba la ropa para cambiar sus vendas sin hacer ninguna clase de reacción visible en su rostro.

Él había causado eso.

Las primeras palabras que Shai le murmuro no fueron de odio, enojo o tristeza; fueron dichas al aire pesado entre ellos, tarde en las horas previas al anochecer, en un momento donde sus huesos no podían soportar la carga de su cuerpo.

⠀⠀─⠀Necesito orinar.

Lo dijo con los dientes apretados, frunciendo el ceño durante el proceso en el que él la levanto y la llevo hasta el baño, dándole privacidad para hacer sus necesidades. La segunda vez que hablo con él lo hundió mas profundo de lo que esperaba, incluso cuando pensó que estaba preparado para todo, eso le dolió bastante.

⠀⠀─⠀Te odio.

Lo dijo sin ira o veneno en sus palabras, simplemente lo dijo como si fuera un mero hecho.

⠀⠀─⠀Lo se.

Pasaron semanas y pareciera que Shai cayo en una extraña rutina

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Pasaron semanas y pareciera que Shai cayo en una extraña rutina.

Toji salía a hacer su trabajo sucio, regresaba bañado en sangre y tierra, y siempre se lavaba afuera pensando que ella jamás se daba cuenta. Ella en cambio fingía no darse cuenta de eso mientras cocinaba algo para ella, una distracción quizas para no terminar preocupada por él.

Tal fue la ironía de la situación, o tal vez el frio invernal que se filtraba en sus huesos que le permitió al azabache pasar de simplemente abrazarla cuando despertaba después de una pesadilla a calentar su cama por la noche, incluso si no soñaba con nada mas que con la cicatriz en el lado derecho de su labio.

Shai se encargo de despreciarlo cada noche que pasaba a su lado, pero a pesar de eso Toji siempre la acercaba hasta su pecho, frotando sus manos todas las mañanas en sus brazos para calentarla. Su cercanía había generado mucho mas de lo que ella imagino, cada roce, cada mimo y cada cuidado generaba que el corazon de la blonda se ablandara, escuchando sus disculpas, suplicas, contra su cabello al creer que ella dormía, pero no lo hacía.

Esos días el Toji que le piso el corazón en el pasado fue desapareciendo, vigilaba que comiera mas de dos platos, incluso rompía sus prendas para esos días que su ciclo menstrual aparecía, sin embargo ella jamás encontró esas palabras gentiles para agradecer todo lo que estaba haciendo por ella.





⠀ꕤ :⠀⠀ ꪷ𝄪  ⠀Uᥒᥲ fᥣor ρᥲrᥲ Hᥲdᥱs ⠀ ִֶָ ⁎ ⠀tojι fᥙshιgᥙro𑁤⠀✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora