ᥴᥲριtᥙᥣo sιᥱtᥱ

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Se había despertado sola como lo hacia la mayoría de las mañanas, agradecida por no enfrentar la vergüenza de tener sus extremidades enredadas con la de Toji. Otro día cualquiera igual que los anteriores pero algo diferente, quizas era aquella sensación, o temor, de vivir una vida tranquila como esa, de tener que vivir luego de haberla despojado de todo lo que llamo suyo.

De alguna manera sus pies la guiaron hasta fuera de aquella habitación, hacia el pequeño jardín donde el hombre corpulento usaba para cultivar sus propios vegetales, incluso mas alla de las enredaderas y arbustos que mantenian a la cabaña oculta de visitantes no deseados.

Camino y camino hasta que llego al fin del mundo, una caída interminable en donde mirara, el sonido del agua fluyendo indicaba la presencia de un rio corriendo profundamente bajo el escarpado acantilado.

Sus pies dejaron de moverse, siendo el silencio del bosque el único ruido que logró apaciguar el vacío que sintió durante meses su corazon. Se mantuvo parada en medio de aquel bosque, con pies descalzos que hurgaban la tierra, la hierva y las piedras. Apenas y se dio cuenta de que la luz a su alrededor se estaba desvaneciendo mientras la oscuridad de apoderaba de ella.

¿No había sido siempre asi?

No fueron necesarias dos vueltas alrededor de la casa para que Toji se diera cuenta que ella se había ido. Su corazón se estrujo en su pecho mientras seguía de forma desesperada las huellas que había dejado, tuvo bastante cuidado de no pisarlas mientras su mente comenzaba a jugarle una mala pasada, y que muy posiblemente, ya no la volvería a ver. Sabía muy bien el sendero por donde se había ido, lo sabía porque una vez se había sentado en el borde del mismo, con las piernas colgando mientras su mente reproducía el recuerdo de sus brillantes ojos y el rostro abatido por las palabras fatales que le dijo meses atrás.

Su respiración se entrecorta en su garganta, sus manos temblaban mientras hacia a un lado la ultima rama que bloqueaba la vista hacia el borde del acantilado. Sus pies se mueven mas rápido que su mente mientras casi y caía de rodillas, agarro su abdomen como si ella fuera a desaparecer para siempre si la dejaba ir. Shai se gira en sus brazos con una expresión confusa en su rostro, sus ojos aun se encontraban vacíos como el vacío mismo, pero no le importo, porque ahora lo mas importante para Toji era el latir de su corazón que se movía con fuerza en su pecho.

Cierra sus ojos fuertemente mientras aspiraba aire profundamente antes de deslizar su mano para agarrar la suya. Ella no protesta, simplemente dejo que la guiara de nuevo a aquella segura casa donde él se sentiría mas aliviado.

Toji la dejo sentada en el borde de la cama mientras él se encontraba en el baño revolviendo las cosas, con la puerta entreabierta, sus ojos la escaneaban cada dos segundos como si esperara que saliera corriendo por la puerta en cualquier momento.

Por una vez ella no deseaba ver la pared cuando él se acerco, no tardo en arrodillarse frente a ella generando que un golpe de nostalgia la golpee justo en medio del estomago. Aún asi, los ojos ambar de Shai permanecieron fijos en la parte superior de su cabeza, en esos mechones oscuros que habían crecido mucho mas desde la ultima vez que él le permitió mirarlo.

Se dio cuenta rápido de que lo había estado mirando de mas cuando nota que sus manos lavan con cuidado sus sucios y descuidados pies, sacando la tierra y la sangre causados por pequeños rasguños. Una vez termina levanta sus pies sobre la cama y acomoda su almohada para hacerle entender que esperaba que se acueste. Cuando las luces se apagan siente de inmediato como la cama se hunde, sus brazos la envuelven con mas fuerza que nunca.

Podía sentir un ligero temblor en ellos generando que se sienta culpable por haberle preocupado, espera que su respiración se estabilice y que su cabeza caiga en la curva de su cuello antes de girarse hacia él en la oscuridad, con los ojos puestos en la cicatriz de su labio.

La cálida mano que acaricia su mejilla convence a Toji de que por fin había perdido la cabeza y, al abrir los ojos, se da cuenta de que si, especialmente cuando ella desliza su otra mano hacía la suya tirando de ella hasta colocarla en la cresta de su clavícula y su pecho, ajustándola un poco mas hacía la izquierda. Toji la mira fijamente, preguntándose si esa era su manera de decirle que todavía estaba viva, que a pesar de haber sido maldecida y condenada a vivir en el infierno, su corazon aun latía, que todavía luchaba.

Su intención genero que Toji al fin descubriera sus propias emociones a través de un simple gesto; tira de la pequeña mano que lo sostiene hasta el ápice entre sus costillas superiores y la presiona hasta que siente que sus dedos podrían atravesar su carne. Él esperaba que ella supiera que si pudiera, abriría cada una de sus costillas para que pudiera meter sus delicadas manos dentro y presionara con su palma su corazón palpitante, arrancarlo de su cuerpo y escupir dentro del espacioso hueco de sus costillas con desprecio, incluso sobreviviría con su odio si eso significara vivir con ella el resto de su vida.

⠀⠀─⠀No te odio.

Esas palabras son susurradas en la oscuridad de la noche sin emoción, sin rastro de perdón u afecto, simplemente Shai lo expreso como si fuera un conocimiento comun.

Los suaves labios que bajan sobre los de Toji hacen que su mente de vueltas. Él se da cuenta lo que desea; poder vivir una vez como humana, sentirlo una vez mas como un mortal. Casi podía oírla decir las palabras en su boca mientras su puño aprieta la tela de su camisa.

⠀⠀─⠀Estoy cansado de ser un dios.







⠀ꕤ :⠀⠀ ꪷ𝄪  ⠀Uᥒᥲ fᥣor ρᥲrᥲ Hᥲdᥱs ⠀ ִֶָ ⁎ ⠀tojι fᥙshιgᥙro𑁤⠀✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora