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Nuevo día, nueva aventura. Jinko descansaba en la cama de su apartamento luego del cansancio de la misión del día anterior. Un toque en la puerta le hizo levantarse perezosamente para ir a ver. Vio a una silueta que no reconoció de momento.

Abrió la puerta y vio una cabellera pelirroja asomarse.

-- Buenos Días Novato!!-- Grito con emoción el invitado repentino-- Hoy comienza tu entrenamiento! Te traje el desayuno-- Dijo con una gran sonrisa.

-- Mōnsuta? Que hora es?-- Dijo frotando sus ojos-- Aún no sale el sol.

-- Te aseguro que está es la hora perfecta para entrenar, ve a sentarte que te traje comida, necesitas comer bien-- El pelirrojo entro al departamento y coloco un tupper de comida casera sobre la mesa.

Jinko tomó asiento, agradeció y comenzó a comer. Luego de terminar, Mōnsuta guardo nuevamente el tupper y abrió la puerta del apartamento.

-- Nos vamos?-- Dijo con una sonrisa y saliendo de allí, Jinko le siguió y fueron a una especie de campo increíblemente grande. Estaba lleno de pistas de obstáculos, pruebas de tiro al blanco con armas, y algunos maniquíes.

-- Empecemos-- Dijo atrayendolo a un lugar apartado de allí-- Kyōken me pidió que te tuviera paciencia ya que no haces actividad Física. Comencemos con el calentamiento-- Dijo y comenzó a trotar en el lugar.

Jinko le imitó, comenzó a subir un poco de nivel, hicieron sentadillas, abdominales y un par de ejercicios más. Jinko hizo como pudo y quedó colorado del cansancio.

-- Terminamos?-- Dijo agotado secando su sudor.

-- Terminar? Apenas comenzamos-- Estaba estirandose un poco, luego paró y se acercó a él y palmeo su hombro-- Sígueme-- Le enseñó uno de los maniquíes de allí.

-- Que miedo-- Dijo incómodo viendo el rostro mal hecho del maniquí.

-- Ahora, da un golpe aquí-- le señaló el pecho del maniquí. Jinko dió un golpe débil y Mōnsuta negó con la cabeza-- Tienes fuerza, pero no la distribuyes bien. Manten tu puño cerrado con fuerza, mueve tu pie derecho hacia atrás y gira un poco la cadera-- El pelirrojo hizo la posición y golpeó con tanta fuerza que derribo al maniquí al primer intento, dejando a Jinko con la boca abierta.

-- Recuérdeme nunca hacerle enojar

-- Jajaj, no te preocupes por eso. Ahora prueba hacer lo que te dije.

El albino acomodó su posición aunque se desestabilizó un poco. Golpeó el maniquí que anteriormente colocó en su lugar, golpeó con mayor fuerza pero no llegaba a ser suficiente aún.

-- Mmmm-- El pelirrojo colocó su dedo en su mentón, pensó un poco y decidió intentar con algo nuevo-- Vez ese maniquí? Visualiza a alguien que odies con todas tus fuerzas, siente esa furia recorrer todo tu cuerpo y concentrala en cada golpe que des.

-- Alguien que odie?-- El albino lo pensó un rato, un rostro y una situación vinieron a su mente. Cerro su puño y golpeó con mucha mayor fuerza, pegó sus pies al suelo y se mantuvo firme.

-- Mucho mejor! Creo que podr-- el pelirrojo se vio interrumpido por el ruido de un segundo golpe al maniquí, le siguió un tercero y un cuarto. La expresión del albino expresaba verdadero odio y ya no podía detener sus golpes.

Mōnsuta se dió cuenta y detuvo su golpe, le miro serio pero preocupado, luego sonrió un poco.

-- Eso estuvo muy bien. Debes aprender a canalizar tu odio sin dejarte llevar por él, recuerda que los rostros del pasado le dan fuerza a tus acciones del presente, así sean buenas o malas. Los buenos agentes usamos esa fuerza para ayudar a otros-- Sonrió y Jinko se relajó.

-- Cierto-- Dijo Jinko y dio un golpe certero y fuerte-- Así está mejor?

-- Sip! Sigamos un rato más con esto y empezaremos con el resto-- Dijo con una sonrisa macabra señalando el resto del lugar.

Jinko trago saliva con pesadez. Continuo golpeando aumentando de a poco el nivel de fuerza. Avanzaron con los ejercicios, sumaron la pista de obstáculos, el tiro con armas y uno que otro combate simple contra Mōnsu.

Demostraba buena destreza pero se agotaba rápido, por lo que detenían que detener los ejercicios cada 15 minutos.

-- Hoy ha Sido un día productivo, no lo crees?-- Dijo el pelirrojo renovado y en perfecto estado a pesar de que entreno mucho más que Jinko.

-- Quiero irme a mi casa-- Dijo Jinko con una lagrimita y con su cuerpo casi destrozado de tanto entrenar.

-- Crees que podrías poner a prueba todo esto en una pelea real?-- Dijo con una mirada pícara y una extensa sonrisa.

-- ? Si me da un descanso puede ser-- Dijo y callo rendido al suelo.

Luego de un rato inconsciente, se levantó en un lugar desconocido con los ojos vendados y las manos vendadas. Se despertó confundido, sin mucho esfuerzo movió un poco sus manos y se libero y retiro sus vendas.

Estaba en un lugar cerrado bastante espacioso y vacío. Oyó unos pasos acercarse y rápidamente se puso alerta, se escondió entre las sombras del lugar y guardo silencio. Una mano le sorprendió cubriendo su boca, volteó apenas y visualizo la cabellera pelirroja detras suyo.

-- Guarda silencio, lo importante es el factor sorpresa-- Dijo susurrando y aún cubriendo su boca.

Los pasos comienzan a sonar con fuerza y la voz aspera de varios hombres no se hace esperar.

-- Oíste eso?-- Dijo un hombre de gran tamaño acercándose a dónde los agentes-- Creo que vino de por aquí-- Dijo estando cada vez más cerca, detrás suyo venían más hombres como él pero de menor masa muscular.

Mas... más cerca......Más! Pensaba el pelirrojo con emoción en sus ojos y una sonrisa aterradora .............. Perfecto!

En cuanto el hombre estiró su brazo hacia la sombra de un rincón para revisar, el pelirrojo con una gran sonrisa aterradora salió de su lugar y tomó con una fuerza sobrehumana el brazo y se lo quebró y le azotó contra el suelo.

El hombre aún en el suelo intento levantarse, más su cuerpo había quedado paralizado. Dirigió su mirada hacia arriba como pudo y vió al temible hombre que le pisaba.

-- Todos vengan! No está armado!-- Grito el hombre con fuerza y Mōnsu pateó su rostro.

Si.........Vengan...... Vengan todos! Una gran sonrisa cada vez más psicópata aterro a todos los que se iban acercando, incluso a su compañero.

Mōnsu presionaba con más fuerza al hombre contra el suelo en cuanto se acercaban sus compañeros. Los demás hombres sacaron sus armas y comenzaron a apuntarles. Jinko se asustó ya que no sabía mucho sobre que hacer.

-- Ahh -- Suspiro el pelirrojo-- Ustedes son unos aburridos-- Dijo con una sonrisa extensa-- Jinko, te lo encargo. Cúbreme.

-- Q-Que? Co-como?-- Dijo nervioso pero ignorado totalmente. Mōnsu se abalanzó sobre los hombres a gran velocidad (no sin antes noquear al hombre en el suelo).

Jinko comprendió en cierta forma lo que le había pedido, preparó su posición de pelea y el iris de sus ojos volvieron a cambiar a los de un felino. Lo que hizo dar miedo y escalofríos al resto, menos a su compañero que estaba cegado.

Y apenas había empezado su entrenamiento............

El arte del espionajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora