Harry Styles es uno de los diseñadores más reconocidos en el mundo de la moda, pero no han sido meses muy productivos y mucho menos creativos. Llevándolo al límite con las cuentas.
Se le presenta una oportunidad para vestir a una de las reconocidas...
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«Genial, espero que te guste cabalgar, Tomlinson
H.»
Harry llevó a Louis a una granja a las afuera de la ciudad, fue donde se refugió cuando las cosas comenzaron a tornarse difíciles, convivir con los animales y la naturaleza fue la mejor experiencia.
Estaba seguro de que a Louis le agradaría distraerse y desconectarse por un par de horas.
Además, no había señal.
Una camioneta se estacionó justo a tiempo, Louis bajó de ella y Harry se acercó para recibirlo con una sonrisa de lado a lado.
—¡Viniste! —se abalanza a él en un suave abrazo—¡¿Qué estamos esperando?! ¡Ven, te gustará! —dijo emocionado y lo jaló mientras lo tomaba de la mano para guiarlo hacia las caballerizas.
—Pero primero déjame saludarte bien.
Harry asiente y deja que Louis le dé un mejor abrazo.
—Lo lamento, la emoción pudo conmigo.
—No pasa nada, ya solucionado el pequeño asunto, cuéntame acerca de lo que tenemos planeado el día de hoy.
Louis supo que su elección de palabras fue la correcta cuando los ojos de Harry adoptaron un brillo y destellaron por lo emocionado que estaba.
Lo llevó por toda la granja, le dieron de comer a los animales y se quedaron a acariciar a los corderitos. Harry no quería mencionar que Louis fue correteado por una oveja, pero lo haría por si acaso y lo tendría grabado en su celular para guardar el momento. La siguiente actividad fue más serena, vieron a los pollitos e incluso tuvieron la oportunidad de sostener algunos y darles de comer. Cosecharon algo de fruta que podrían llevarse a casa y cultivaron algunas verduras.
Hicieron una breve pausa para comer y regresaron a la última actividad del día, Harry lo decía para cerrar el día con broche de oro.
Al atardecer, con el sol a unas horas de ocultarse, Harry los llevó a cabalgar por todo el lugar. Batallaron un poco para que Louis se subiera al caballo, pero sacó sus dotes de jinete e incluso retó a Harry a una carrera.
Louis perdió.
Pero las risas brotaban sin parar.
—Me alegra que te estés divirtiendo, Harold.
—Muchísimo, Louis—se fijó en su reloj y supo que ya era hora de mostrarle—Ven, la última parada de este viaje está a unos cuantos kilómetros de aquí.
—¿Kilómetros, Styles?
Harry ya estaba un poco lejos y Louis sonrió antes de seguirle el paso o trote, que es casi lo mismo.
Cuando llegó a su lado, ambos dejaron que los caballos caminaran.
—Cuéntame sobre este lugar. ¿Cómo fue que lo encontraste?
