CAPÍTULO 2: Un nuevo lugar

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Todo era un caos en la secta Jiang; discípulos corriendo de aquí para allá, algunos incluso llegaban a chocar entre ellos y caían de trasero al suelo. Todos estaban en pánico. Su líder había colapsado a mitad del pasillo y aún no habían logrado saber mucho más de él o su condición.

—¿Cre-Crees que haya ocurrido algo malo en la misión que tuvo el líder de secta?— preguntó uno de los discípulos a otro.

—No digas tonterías, nuestro líder es muy fuerte. De seguro no debe ser nada muy grave y solo está fatigado, nuestro líder estuvo enfermo recientemente y seguro el sobre esfuerzo físico lo dejó agotado— respondió otro muy confiado

Lan Jingyi, que pasaba por allí con una bandeja de comida, decidió hacer caso omiso a lo que cuchicheaban sus shixiongs[1]y se apresuró a la habitación en donde sus padres se encontraban con el médico que había llegado hace tan solo unos minutos. Toco la puerta pidiendo permiso para entrar, recibiendo una aceptación casi de inmediato. Se acercó a la cama de Arhat[2] y pudo ver el estado deplorable en el que se veía su madre, su cara se veía demacrada. Vestido con solo una túnica interior, Jingyi pudo notar que la complexión de su madre era mucho más delgada luego de sacar tantas capas de ropa. Jingyi se sintió tan triste de ver a su madre en ese estado.

Dejando a su madre de lado, el joven omega esta vez dirigió su vista a su padre. El alfa parecía querer asesinar al doctor con los ojos. Jingyi solo rodo los ojos y volvió a prestar total atención a su madre. Ambos Lan permanecieron en silencio hasta recibir el diagnóstico del doctor que revisaba al desmayado omega.

Un gruñido del alfa distrajo al doctor, el cual volteo la cabeza y comentó: —Aiya, Zewu-Jun tranquilícese un poco. Conozco al líder Jiang desde que era un bebe, toda una generación de betas de mi familia ha servido a los Jiang— comentó el doctor.

Xichen no respondió nada, volteo su cabeza y se cruzó de brazos. Los dedos de Xichen pronto se pusieron rojos; Jingyi conocía muy bien esa reacción de su padre. Él estaba avergonzado. Al joven omega le pareció un poco gracioso, pues eran pocas las veces en las que su padre se sentía avergonzado o lo notaba, por la extraña reacción en sus manos, pero no era el momento de reírse. No sobre todo cuando su madre estaba postrado en una cama con quien sabe que enfermedad.

—Bien— el doctor se apartó un poco del omega y se acercó a los Lan, que al ver que ya había terminado, se acercaron también a él rápidamente —He terminado de revisar al líder Jiang y me complace decirles. Felicidades, líder de secta Lan, joven maestro Jingyi— hizo una reverencia con las manos frente a ambos —El líder Jiang está en espera.

Jingyi soltó la bandeja que tenía en las manos, haciendo que todo el contenido de esta se esparciera por el piso, los platos y cuencos de cerámica se rompieron en miles de pedacitos, pero eso no le importaba ahora; ¿se convertiría en hermano mayor?, eso sí que lo había tomado por sorpresa.

Xichen por su lado aun no podía creerlo, ¿cómo no había notado que su omega estaba en espera? Se sentía fatal, el peor alfa que existe en la tierra por no notar a su esposo embarazado, que, además, había ido a una misión y había salido herido.

—Pero estoy un poco preocupado por el líder Jiang, usted me comentó que anteriormente había estado enfermo, pero en realidad eran síntomas de su embarazo. Tiene aproximadamente dos semanas y el líder Jiang no ha sido muy cuidadoso con su salud y su cuerpo. Arriesgarse a ir a una misión pudo haber sido perjudicial para la vida tanto del feto como de la madre— agregó el doctor

Xichen se preguntaba si Jiang Cheng ya sabía sobre su embarazo y simplemente no se lo había dicho porque sabía que el Lan no lo dejaría hacer absolutamente nada, tal y como había sido cuando Jingyi venía en camino. El lobo de Xichen aulló de dolor al ver a su omega postrado en cama. Si Jiang Cheng no se lo había dicho, ahora ya no importaba, Xichen estaba demasiado preocupado por su esposo como para tratar de culparlo por algo. Se acercó a la cama tomando una de las manos del omega y colocando su otra mano en el vientre que estaba cubierto por las sábanas de seda —Mi A-Cheng...— sollozo bajito el alfa, las otras dos personas que aún permanecían decidieron darles un poco de espacio y fueron tras el biombo[3] a esperar que el alfa se tranquilizara—Perdóname por no darme cuenta cariño, perdóname mi amor...

Mulan's dream [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora