CAPÍTULO II

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- Christian hoy es nuestro primer aniversario de novios, es cuatro de abril, como se pudo olvidar.
Vi que sus ojos se tornaron un poco llorosos, me sentí completamente un estúpido al no saber que era nuestro aniversario, no podía creer que esa persona me tuviese tan desconcentrado.
La abrace fuertemente, le pedí que me disculpara e utilice la excusa de que Stuart mi hámster había muerto y debido a eso estaba un poco triste. Nicolle no muy convencida acepto mis disculpas.
La bese y nos sentamos hablar, comentamos sobre cómo nos había ido los dos días que no nos habíamos visto, me dijo sobre la intención de que nos fuéramos a vivir después de que nos graduáramos; ella quería estudiar psicología y yo actuación. Entraríamos a la universidad y viviríamos juntos.
Eso me sonó a compromiso y yo no estaba seguro de eso, mis sentimientos hacia ella en esos momentos estaban algo confundidos, no sentía amarla como antes. Ella me miraba esperando mi respuesta.
Me preguntaba dentro de mí, que habría visto ella en mi como para pedirme eso, después querría que nos casáramos y luego va a querer hijos, y los hijos llaman tener uno más responsabilidades, entonces tocara trabajar más, lo peor era que no iba a poder salir a rumbas, olvidaría mis amistades. Pensé muchas cosas y hay Dios eso no era lo que yo quería, o bueno no por ahora.
- Mejor esperamos terminar el año y vemos que pasa. Fue lo único que se me ocurrió decir.
Un poco molesta acepto la propuesta, me sentí aliviado, estaba muy joven para pensar en hijos.
- Eres hermoso lo sabias? Me dijo.
- Porque lo dices? Le respondí.
- Cualquier mujer desearía tener un hombre como tú a su lado, acaso no te has visto en un espejo. Dijo.
- No es para tanto. Le dije.
- Mírate, alto, cuerpo atlético, estas en forma, tu color de piel hace juego con tus hermosos ojos verdes, cabello castaño y largo, eres el capitán del equipo de futbol en la escuela y aparte de eso el más romántico del mundo.
Quede sorprendido por todas sus palabras hacia mí, ya era hora irme a casa, había dejado el celular cargando en la casa y necesitaba saber si me había llegado un mensaje.
Me dio un beso y un fuerte abrazo, camine hasta mi casa, tuve que atravesar un parque, donde curiosamente observe que habían dos hombres, creo debían ser como novios.
Empecé a cuestionarme internamente, porque dos hombres se aman, es muy confuso nadie nunca entenderá lo que ellos sienten solo ellos mismos, de todas maneras cada uno es libre de escoger lo que quiere hacer con su vida.
Llegue a casa, salude a las personas que allí afuera estaban, no recuerdo haberlas visto antes, pareciera que me conocieran de mucho tiempo.
Mi abuela me pregunto:
- Acaso no recuerdas quienes son, es la señora Margarita y su hijo Andrés.
No podía recordar quienes eran, se me hacían conocidos', pero no lograba llegar a una conclusión.
- Eran tus vecinos de infancia, Vivian en la casa de al lado a la nuestra antes que te fueses a Estados Unidos a vivir con tus padres. Me dijo mi abuela Sara.
Pude recordarlos eso habían pasado hace siete años cuando tenía diez, Andrés había sido buen amigo, casi no podía reconocerlo, estaba muy cambiado.
Conversamos un rato sobre lo que había pasado estos últimos años, Andrés estaba en la universidad ya, estudiaba medicina, iba por segundo semestre. Les hable sobre que aún no sabía en qué universidad estudiaría y así paso la conversación hasta que se marcharon.
Al entrar en mi habitación lo primero que hice fue agarrar el celular; había dieciocho mensajes en WhatsApp. Cinco eran de mi madre que se encontraba en Estados Unidos viviendo, preguntándome como estaba, ocho eran de Nicolle para saber cómo había llegado a casa y los otros cinco eran de Solimar, mi mejor amiga. Ninguno era el mensaje que esperaba recibir, aunque si me alegre mucho ya que Solimar no me escribía mucho por WhatsApp.

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