"Caminando entre Amaneceres: El Viaje de Fátima en la Vida y el Amor" sigue la historia de una tímida Fátima, quien, a pesar de sus dificultades, persigue su sueño de ser enfermera. A medida que supera la timidez, vive una vida llena de nuevas perso...
El último año académico concluyó con mis libros y apuntes desordenados, pero también con el dulce sabor del éxito. "Cada página pasada fue una victoria, y ahora, con el título de aprobación en mano, me encuentro a las puertas de las prácticas hospitalarias".
El primer día de prácticas es como una hoja en blanco, llena de promesas y la emoción de lo desconocido. Al entrar al hospital, el aroma de desinfectante y el sonido de los murmullos médicos llenan el aire. Mis nervios se mezclan con la anticipación mientras camino por los pasillos, vestida con mi bata blanca y lista para aprender.
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En una de las salas, me encuentro con la enfermera encargada, María. Con una sonrisa acogedora, me da la bienvenida al mundo de la práctica clínica.
-"Hola, Fátima, estoy emocionada de tenerte aquí.- ¡Prepárate para aprender mucho!", me dice con entusiasmo.
A lo largo de las semanas, me sumerjo en el ritmo frenético del hospital. Cada día trae nuevas experiencias, desde tomar signos vitales hasta asistir en procedimientos. Los médicos y enfermeras comparten sus conocimientos, y las historias de los pacientes dejan huellas en mi corazón.
En una tarde, mientras observo una cirugía, el cirujano, el Dr. González, se acerca
-"Fátima, ¿te gustaría asistir y ver de cerca cómo realizamos esto?"- me pregunta. Asiento emocionada, y esa tarde se convierte en una lección práctica invaluable.
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Entre turnos, comparto risas y anécdotas con mis compañeros de prácticas. La enfermería no solo es sobre procedimientos y diagnósticos, sino también sobre la conexión humana. En una pausa para el almuerzo, María y yo nos sentamos juntas.
-"Fátima, ¿cómo te estás sintiendo en tus primeros días?"-pregunta con interés genuino.-Le cuento sobre mis experiencias y ella comparte algunas de las suyas, creando un vínculo que va más allá de las batas blancas.
A medida que las prácticas llegan a su fin, me despido del hospital con un corazón lleno de gratitud y experiencias inolvidables. Ahora, con las maletas listas para las vacaciones en Marruecos, reflexiono sobre lo aprendido y espero llevar estas experiencias a mi próximo año académico. Este capítulo ha sido una montaña rusa emocional, pero cada subida y bajada ha sido parte esencial de mi viaje hacia la enfermería.
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