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Era el segundo aniversario del día que unieron sus vidas en una promesa infinita ,su alma gemela estaba recostado sobre su pecho mirándolo con una sonrisa dulce después de hacer el amor ,entonces Yibo comento ,me gustaría hacerte un regalo especial , ¿amor que te gustaría?
Zhan lo pensó por algunos segundo mientras recordaba que su esposo le confeso ser poseedor de una gran fortuna, no era materialista, es más había insistido en vivir en una casa modesta pero deseaba un lugar que solo ellos conocieran, un lugar que tuviera su esencia y la de su alma gemela, así que con picardía contesto, me gustaría tener un castillo con dos fuentes en medio de un camino de flores.
El vampiro afirmo con seriedad, lo haría tal y como él lo deseaba, al ver la seguridad en esos ojos que adoraba beso sus labios antes de hacer la siguiente afirmación...no, no amor no tienes que gastar tanto dinero en un capricho mío, a lo cual él respondió con un beso demandante antes de decir... eres mi alma gemela ¿a quién más le daría gusto si no es a ti?, lo hare para ti, será nuestro lugar secreto.
Yibo contrato a una compañía extranjera después de comprar más de 100 acres de terreno montañoso, una vez que el plano y los permisos estaban listo, la compañía se encargó de construir aquel castillo en medio de las montañas, su alma gemela se encargó personalmente del jardín, nadie más que ellos dos caminaron por aquella propiedad después que los obreros se marcharan, ni siquiera la llegada de sus hijos hizo que esto cambiara, era su lugar secreto y así permaneció.
Después de la muerte de su gran amor y su fingida muerte se quedó escondido allí algunos años, cuando noto que sus hijos dejaron de visitar la tumba de quien hubiera dado la vida por ellos, él estaba molesto y decidió alejarse de allí dejando que el lugar fuera consumido por el abandono y el castillo quedo más escondido aun entre los árboles y la mala hierba.
La propiedad mantenía los impuestos al día y uno de los pocos amigos que el vampiro cosecho a lo largo de su vida uso su conocimiento en leyes para declarar aquella amplia propiedad en una reserva natural para los animales que habitaban las montañas, de esta manera todo intento por comprar era rechazado en cada ocasión.
La nueva generación se volvía más curiosa con el paso de los años así que Yibo se heredó a sí mismo la propiedad fingiendo ser abuelo, padre y hermano del dueño original.
Así fue como aquello acres que ocultaban entre sus árboles y montañas mantuvo en secreto el castillo y al dueño de este que en ocasiones pasaba una temporada en el solitario lugar.
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