-17- Agua.

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Los días pasaban con normalidad, sin complicaciones, sin ningún evento en particular. Hasta que Ao'nung tuvo un accidente en uno de los días de caza. Se había rajado el brazo e iba a necesitar que se lo cosieran.

Su padre estaba absolutamente decepcionado.

—¿Como es posible que después de darte de los mejores entrenamientos hayas perdido contra una cría de akula?— Ao'nung estaba tumbado sobre una esterilla mientras su madre le cosía el brazo.

—Padre, lo siento. No fue mi intención.— Soltaba quejidos entre las palabras que intentaba decir gracias al dolor intenso que sentía en el brazo.

Neteyam ni siquiera sabe sobre esto.

Va a asesinarme cuando se entere.

—¿En que pensabas para rajarte el brazo contra una pared de coral? Eres una total decepción. Has hecho el ridículo delante de todo el mundo.— Su padre hablaba entre dientes. La vena de su cuello comenzaba a hincharse.

—Tonowari.— Ronal lo reprendió ayudando a su hijo a sentarse cuando ya había terminado de coserle la herida.

—Primero no eres capaz de volverte un Olo'eykyan y un Na'vi del bosque te quita el puesto. No pasaste ni la primera prueba. Ahora no eres capaz ni de cazar en condiciones. Sigues siendo el mismo niño incapaz de hacer sentir orgulloso a su padre.—

—¡Tonowari!—

Ao'nung sintió sus ojos picar por las lagrimas que se habían acumulado en ellos. Las palabras del mayor le habían dolido.

Se levantó y salió por la entrada del mauri sin dirigirle una mirada a ninguno de los dos. Al salir se cruzó con su hermana quien lo agarró del brazo preocupada.

—Ao'nung. ¿Que ha pasado? ¿Y por qué lloras?—

—Pregúntale a tu padre.—

Se soltó del agarre ignorándola a ella y a su cuñado y se encaminó a su mauri.

—Tenemos que avisar a Neteyam.—

Perspectiva de Neteyam:

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Perspectiva de Neteyam:

Esa mañana mi hermana Kiri me había pedido que la ayudara a cuidar a todos los niños de la aldea para que sus padres pudieran realizar las tareas tranquilamente.

Me encontraba haciéndole unas trenzas a una niña que estaba sentada en mi regazo jugando con unas caracolas cuando mi hermano, Lo'ak, se acercó corriendo hacia mi.
Cargué en brazos a la niña y la dejé sobre una esterilla y me paré frente a mi hermano.

—Neteyam, es Ao'nung.— Se le veía agitado y me preocupé.

—¿Que tiene? ¿Se encuentra bien?—

—Esta mañana cuando fue de caza tuvo un accidente y se hizo una herida grande en el brazo. Por lo visto discutió con su padre y se fue llorando a vuestra casa.—

No dejé decir nada más y salí corriendo hacia el mauri. Llegué mucho más rápido de lo que creía y miré en todas las direcciones, en busca de mi novio.

—¿Nung?—

—¿Neteyam?—

La voz provenía de la habitación donde dormíamos. Me acerqué y lo vi sentado en el centro, con las piernas flexionadas, sus rodillas tocando su pecho. Tenía la cabeza apoyada sobre estas y su brazo herido, que por suerte era el que no tenía tatuaje, lo tenía estirado por lo que deduje que le dolía.

—Eywa santa.— Me puse en cuclillas delante de el, tomando su rostro delicadamente. Tenía los ojos hinchados y rastros de lagrimas caían por sus mejillas y cuello. —Nunguie, ¿que sucedió, amor?—

Su labio inferior tembló y acto seguido apretó la mandíbula mirando en otra dirección.

—Anda ven.— Me senté y lo atraje hacia mi, colocándolo sobre mi regazo con cuidado de no rozar su brazo. Su cabeza quedó sobre mi pecho y mis brazos rodeaban su cintura, meciéndolo como a un bebé.

—No era mi intención que esto pasara, lo siento.— Comenzó a lagrimear y su voz sonaba rota. Me partió el corazón.

—¿Me contarás lo que sucedió, cielo?— Hablaba en susurros para no aturdirlo y que se sintiera tranquilo, mientras acariciaba su rostro con una mano.

El empezó a relatar todo, desde lo de la cría de akula, el corte contra el muro de coral y la discusión con su padre.

Estar enojado era poco. Pero no quería alterar a Ao'nung así que me contuve. Ahora me necesitaba, ya hablaría más tarde con Tonowari.

—Nung, nada de esto es tu culpa. Eres fuerte.— Toqué su pecho con dos de mis dedos y aparté un mechón de pelo de su rostro. —¿Te duele mucho el brazo?—

El asintió. Veía las gotas de sudor caer por su frente. Tenía que llamar a Tsireya para que le diera algún tipo de calmante.

—¿Crees que puedas estar sin mi un momento? Le diré a Tsiereya que traiga algo para el dolor.—

El volvió a asentir y yo dejé un pequeño beso en su frente. Lo coloqué con cuidado sobre las mantas y salí rápidamente del mauri en busca de mi cuñada.

—¡Tsireya!— Ella avanzó hacia mi. Kiri estaba con ella. —Es Ao'nung. Le duele mucho el brazo, está pálido y creo que tiene fiebre.—

—Ve con el, nosotras iremos en un momento. Ponle un trapo mojado con agua fría sobre la frente. Tranquilo, el va a estar bien.—

Asentí y corrí de vuelta con él. Busqué por todos lados algún trapo hasta que lo encontré y lo sumergí en el agua.

—Hey, ya volví. ¿Estás bien?— Sus ojos cansados se posaron en mi y sonrió débilmente.

—Estuve peor.— Su voz era un hilo, se le notaba cansado.

Sonreí triste, y me arrodillé a su lado poniendo el trapo húmedo sobre su frente.

—Tengo frío, Teyam.—

—Lo sé, amor, tienes fiebre. No es bueno que te dé calor, lo siento. Kiri y tu hermana están de camino.—

—Estarás a mi lado, ¿verdad?— Tomé su mano y le di un suave beso sobre los nudillos.

—Siempre, Nung, no me moveré de aqui.—

—Te amo.—

—Yo también te amo.—

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Hola bonitos.

Estaba en un debate sobre si hacer +18 o drama, y ganó el drama. No me matéis.

Perdón por las faltas y los tqm. 💙

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⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

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El retorno del Omaticaya (Ao'nung x Neteyam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora