-12- Unión.

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Siguieron hablando un rato más en el marui de Norm hasta que se les dio aviso para ir a cenar.
Neteyam tenia el brazo sobre los hombros de Ao'nung mientras caminaban hacia donde estaba la comida.

—Amor.—

—¿Si, Ma'nung?—

—Aún no le he dicho a mis padres que me uniré contigo...—

Ao'nung miró hasta sus pies cuando se detuvieron a pocos metros de donde estaban sus familias ya preparadas para empezar a cenar.

—Puedes decírselo ahora, o podemos esperar, no es-—

—¡No!— Se avergüenzo agachó sus orejas al ver que había excedido el tono de voz, viendo la sonrisita de su pareja. —Te lo decía porque en la cena me sentaré con ellos, para hablarlo.—

—Está bien pececito, yo estaré con mis hermanos.—

Neteyam besó la frente de su novio y fue a sentarse entre Tuk y Spider, quienes lo recibieron con sonrisas, al igual que el resto de su familia.

Perspectiva de Ao'nung:

Siempre me había dado rechazo hablar de estos  temas con mis padres, no había una razón, pero no me gustaba en lo absoluto.
Con los padres de Neteyam había sido mucho más fácil decirlo.

Me senté en frente de mis padres, quien me recibieron con sonrisas.

—¿No te sentarás con Neteyam?— Mi padre me dijo esto tendiéndome una brocheta de pescado, el cual habíamos cazado hace días.

—No. De hecho, quiero hablar con ustedes, pero primero comamos.—

La cena fue amena, hablábamos de que ayer fue la prueba de los novatos para montar a su primer Ilu, y las clases fueron impartidas por Rotxo.

Diversos temas fueron tocados hasta que todos habíamos terminado la cena.

—Bueno, hijo. ¿De que querías hablar?—

Miré a ambos y suspiré, jugando con mis manos preparando mentalmente como es que debería comenzar.

—Ustedes saben que estoy saliendo con Neteyam, ¿verdad?—

Mi madre entrecerró los ojos sin entender, aún así, ambos asintieron hacia mi.

—Bueno...Yo...— Bajé la mirada a mis manos unos breves instantes antes de volver mi vista hacia ellos.

—Quiero unirme con el ante Eywa.—

Mi corazón empezó a acelerarse cuando ninguno de los dos dijo palabra alguna durante unos segundos, que para mi parecieron horas.
Mis padre se miraron entre si y mi padre fue el que habló esta vez.

—Hijo, no hace falta que nos pidas permiso para eso, ya eres un adulto. Nosotros estamos felices de que estés tan contento con Neteyam.—

Ambos extendieron los brazos y yo me acerqué para darles un abrazo. Hacía tiempo que no me abrazaban así.

—Pero por favor, hijo, que no te preñe, ¿si? Es poco probable pero puede pasar.—

Me puse rojo hasta el cuello.

—¿Por qué asumes que el de abajo soy yo, mamá?—

Mi padre se aguantó la risa y yo me separé cruzándome de brazos.

—Soy tu madre, yo te parí. Las madres sabemos cosas.—

—Ay mamá...— Me cubrí la cara avergonzado escuchando las risas de mis padres.

— Me cubrí la cara avergonzado escuchando las risas de mis padres

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El retorno del Omaticaya (Ao'nung x Neteyam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora