Los Poderes del Infierno

Capítulo 2. Barrio Gitano

—aquí tienes, dos sopes de prensado y un refresco— le dijo Dolores a Mefistófeles mientras le ponía su plato con los dos sopes que pidió para desayunar y su bebida

—muchas gracias, las gripas no dejaban de gruñir— le respondió Mefistófeles a la mujer robusta de tez morena para empezar a comer su desayuno

—te notas muy nervioso, ¿estas bien, Mefís?— le pregunto Dolores a su compañero brujo al percibir cierta inquietud en él

—sabes muy bien que no me gusta que sientas mis sentimientos, que pasaría si vengo de hacer un trabajo fuerte de magia negra y te alteras— le dijo Mefistófeles a la mujer, esta, mantenía sus manos recargadas en la silla en solitario que había en la mesa del brujo

—ya estoy acostumbrada a tu alma, Mefís, solo que ahora te siento más intranquilo, como si algo te perturbara y eso no es algo común para un brujo que hace magia negra como tu— le respondió Dolores mientras Mefistófeles desayunaba

—te recuerdo que hago todo tipo de magia— le dijo Mefistófeles para darle después un trago a su vaso de vidrio de refresco —y sí, hay algo que me inquieta desde la noche, crees que pueda hablar contigo de eso— le cuestiono el brujo y ambos miraron la fonda en donde se encontraban, la cual, estaba llena de gente al ser la hora del desayuno

—tengo trabajo que hacer, espérame un momento y regreso contigo, si Chuy me ve distraída o hablando con cualquier persona se empieza a estresar, y creo que no querrás que estos clientes reciban una comida hecha con estrés y de malhumor

Ambos rieron ligeramente por el comentario de Dolores, pero Mefistófeles entendió y le dijo que no se preocupara, que regresara cuando se desocupara, por lo que la mujer se retiró para regresar a su trabajo

La fonda La Mulata era propiedad de Dolores y Chuy, ambos eran hermanos y, como todos los habitantes del llamado Barrio Gitano, eran practicantes de la magia, en este caso los dos hermanos practicaban la magia blanca, la cual usaban para preparar platillos usando energía y poniendo todos sus sentimientos y esfuerzo en la elaboración de la comida, haciendo que dicha fonda fuese muy concurrida tanto por los brujos como por la gente común de la colonia Jacarandas

Dolores era la hija mayor, su físico era robusto, de tez morena, su pelo estaba recogido por una coleta y en ese momento vestía con un pantalón de mezclilla y un suéter, su hermano, Chuy, se encargaba mayormente de la cocina, motivo por el cual casi siempre no se le veía en la fonda, sin embargo, los dos hermanos eran ayudados por otros tres empleados que se encargaban de tomar el pedido de los clientes o de llevarle el pedido a los clientes que desayunaban en la fonda

Los dos hermanos perdieron a su madre en el 2010, un año después, el padre de ambos, sumido en la depresión por la muerte de su madre moriría también, por lo que ambos hermanos se empezaron a hacer cargo de la fonda

Alrededor de las once y media de la mañana, la afluencia de gente estaba ya disminuyendo, Mefistófeles ya había terminado hace rato su desayuno, su plato y refresco ya habían sido retirados y solo estaba esperando a que llegara Dolores, sentía algo de desesperación por la tardanza de la mujer, pero decidió calmarse si no quería caer en una peor ansiedad, luego de unos minutos, Dolores apareció, traía consigo un pequeño planto hondo y venía acompañado de Chuy, era también de tez morena y tenía puesto una guayabera de manga corta color azul grisáceo y un pantalón negro 

 —hasta que te dejas ver, Chuy— le dijo Mefistófeles mientras los dos hombres se saludaban mutuamente y Dolores le entregaba el plato a Mefistófeles, el cual tenía arroz con leche con canela y durazno

—tengo trabajo que hacer, Mefís, pero también que bueno es verte— le respondió Chuy mientras agarraba una silla y agarraba una silla para acercarla a la mesa donde Mefistófeles y su hermana estaban sentados y tomar asiento —mi hermana dijo que algo te aquejaba, así que apenas tuve termine la acompañe para saber en qué podemos ayudarte