Inmarcesible || DaeJae

Disculpa

Escuchando a mis alumnos charlar en una hora libre que les había dado para hacer lo que quisieran, los observé.
Sabia bien que esa excusa era para mi, para mi adolorido corazón.

A pesar de haber pasado ese mes en conjunto de YongGuk y de Kazuha, sabia que mi corazón y mente solo buscaban una única compañia.

Con claro dolor de cabeza por todo y más aún por el ruido, tomé mis cosas las cuales guardé y en silencio me levanté para poder retirarme de la clase.
Mientras caminaba hacia el salón de maestros, me detuve al sentir mi celular vibrar a causa de un mensaje entrante. Ver de quien se trataba me hizo aguantar el aire por un instante por los nervios, más aún por lo solicitado.

Apresurandome en ir con mis amigos, caminé por los pasillos pero pronto me detuve.
Sabia que lo que debia hacer, era algo que solo yo podía atender.

Meditándolo bien me giré y caminé a la salida mientras escribía un mensaje para Bang en busca de que remplazara mis clases.
Al salir, fueron cuestión de minutos para que me encontrara en mi hogar.

Un nervioso respirar me inundó por ver, después de ese tiempo, a DaeHyun.
Este permanecía apoyado en la puerta y a su lado había una maleta.

Observarla ahí me hizo mantener mi distancia inclusive cuando DaeHyun me observó.

-Llegaste rápido. No creí que fueras a llegar si soy sincero.

-¿Hablamos adentro?

DaeHyun solo obedeció mientras se hacia a un lado para que abriera.

Cuando ambos entramos, dejé las llaves y mi maletín a un costado de la puerta observando de reojo como el contrario se quedaba de pie cerca de la salida.

-¿Y bien?

-Voy a entregarme a la policía.

Escucharlo decir eso hizo que lo observara casi de manera instantánea.

-Es lo mínimo que puedo hacer -al acercarse a él, le extendió la maleta- yo llegué a conocer bien a tu padre -musitó con pesar- esto son algunos obsequios que solía darnos a toda nuestra familia. Creo que podrías conservarlos al ser algo de él de cierta manera.

-DaeHyun..

Sin saber que decir, lo vi retroceder y arrodillarse.

Una repentina sensación de temor me invadió cuando se inclinó del todo ofreciendo una disculpa con el máximo respeto.

-Se que debí disculparme antes, pero fui cobarde.
A pesar de eso, quiero que sepas que lo que te mostré de mi era autentico.

-Dae..

Verlo levantarse y hacer una reverencia me hizo posicionarme apoyado en la puerta a modo de impedirle salir.

-Dime quien y por qué mataron a mi padre, y no te atrevas a mentirme -cuestioné a pesar de ya saber la respuesta a una de esas preguntas-