¡ Baby Tete ✦ kookv !

Inseguridades.

TaeHyungie caminó por toda su habitación demasiado pensativo, mirando atentamente al piso y eventualmente a sus pantuflas de gatito y su alfombra de perritos.

Tenía que tomar una importante decisión y debido a sus nervios, no podía pensar con claridad.

Y es que bueno, hoy su esposo lo había invitado a salir, lo cual hacía bastante a menudo. Sin embargo, el sentimiento de nerviosismo jamás se iría de su ser al tener otra cita con su chico especial.

Miró el reloj de su habitación y mordió su labio inferior al percatarse que en menos de 1 hora su JungKookie ya estaría ahí. Y por supuesto, aún no sabía que outfit luciría esa noche. Lo único que tendría en cuenta era verse perfecto para Papi.

Se encaminó a su tocador y se miró al espejo nuevamente, unas cuantas lágrimas asomándose por sus mejillas. Las cuales no tardaron en multiplicarse y pronto convertirse en un llanto lastímero.

Examinó su anatomía en un rápido vistazo, decepcionándose de sobremanera al observar con detenimiento su reflejo. Un chiquillo tonto y feo, con ojos horrendos y facciones raras, cuerpo delgado y sin un ápice de músculo.

Eso es él, un chico bastante ordinario con la suerte más grande del mundo, por tener un esposo tan bonito y perfecto en todos los sentidos. Uno que soporta sus estupideces y su forma tan "difícil" de ser.

Ya que su actitud de retrasado, varias veces hizo que personas a las que consideraba importantes en su vida se alejaran.

Ocasionando que sus inseguridades y pensamientos negativos invadieran su cabecita, estresándolo de sobremanera. Sumándole al sentimiendo de culpa, por ser una carga para la persona que más ama. Repitiéndose en su cabeza que jamás podría ser normal y menos lindo.

Sorbió su nariz y limpió (como pudo) sus lágrimas, al oír el tono de celular que había colocado especialmente para cuando su Kook lo llamara, aunque no entendía del todo porque lo había hecho. Nadie a demás de JungKookie lo buscaba.

─H-hola, Kookie─ Su voz sonó un poco apagada pero trató de sonar lo más normal y alegre posible, fallando miserablemente en el proceso puesto que Koo lo conocía bastante bien como para caer en aquella actuación.

─Hola Bebé, ¿Todo bien?─ Se escuchó un ligero asentimiento del otro lado de la línea, uno que no terminó de convencer al mayor, quien sin dudar, cambió a videollamada con el propósito de ver a su pequeño y comprobar que todo estuviese bien con él.

─Kookie, ahora no puedo, e-estoy vistiéndome─ TaeHyung, ni corto ni perezoso, denegó el cambio de llamada. Haciendo que inconscientemente su mayor suspire algo ¿triste?

─TaeHyungie, amor...

─P-papi, por favor─ Interrumpió, sintiéndose muy abrumado, a la vez que alborotaba sus cabellitos, tratando de sacarlos de su vista. Un puchero muy marcado acompañando su más reciente acción.

─En diez minutos estoy ahí, corazón─ Expresó el mayor, tomando todas sus pertenencias y la sorpresa que estaba preparando para su lindo esposo, para luego conducir hasta su casa, listo para consolar y tranquilizar a su pequeño cachorrito.

─Te espero, Koo, no tardes─ Murmuró con una voz apagada, casi siendo inaudible para el contrario, quien sintió su pecho adolorido al escuchar ese tono de voz tan alejado al que normalmente usa su TaeTae. ─Te amo

─Igual yo, Tete, demasiado─ Respondió sin dudarlo ni un segundo, haciendo que el más chiquito esbozara una sonrisa de soslayo.

TaeHyung ahogó sus chillidos en su almohada y se encogió en su camita llena de peluches. No se sentía para nada bien, ya que aunque su esposo bonito siempre le repetía lo especial y precioso que era a su manera, a veces no podía creerle. No cuando su reflejo le demostraba todo lo contrario.

Tocó sutilmente el suéter (propiedad de JungKook) que traía puesto y suspiró hondo al sentir la suavidad de la tela y la calidez que éste emanaba.

Se sentía seguro, a pesar de no tener a su Papi con él, esas pequeñas cosas lo hacían sentir en casa nuevamente.