¡ Baby Tete ✦ kookv !

Mi lindo bebé.

JungKook apenas ingresó al pasillo que dirigía al cuarto que compartía con su esposo, sonrió en grande al verlo dormidito y abrazando a su peluche favorito. De inmediato, sintiendo ganas de reemplazar aquel conejito del cual su Tae se aferraba tanto.

Luego, su mirada se centró en el etéreo rostro de su Príncipe y pudo percibir al instante los rastros de lágrimas que yacían secas, descando, en sus mejillas sonrojadas. Además de su lindo puchero, ya muy habitual en él.

Kook únicamente atinó a suspirar y acomodar algunos cabellitos rebeldes de su chico. Para así después sobar su cabecita, oyendo como respuesta varios ronquidos suaves.

Oh bueno, al menos él los oía así, ya que su Tae era lo menos silencioso al dormir. Pero igualmente, y a sus ojos, parecía un angelito.

Uno muy bonito. De hecho, el más lindo.

Y nadie lo haría cambiar de opinión.

Cuando estuvo a punto de acostarse a lado de él, sintió como su castañito se removía y buscaba su tacto.

Sí, ahí fue cuando se dio cuenta de lo enamorado que estaba, porque aunque lo intentó, no pudo reprimir la exclamación que salió de sus labios.

─Joder, que hermoso─ Tapó inmediatamente su boca y segundos después sintió como el calor subía a sus mejillas, estando casi del mismo color que el peluche que descansaba en el pecho de su Príncipe.

Pronto y como resultado de la voz inconfundible de su Papi, los ojitos miel de TaeHyung se abrieron, enfocando rápidamente a su esposo, quien lo veía con ojitos amorosos y una sonrisa cálida, junto con un semblante lleno de admiración. Bueno, como siempre.

─Te desperté, bebé, lo siento─ Posó su mano tatuada en el cachete del contrario y lo acarició suavemente, esbozando una risita suave al sentir como su chiquito luego entrelazaba sus manos.

Oh, y la bonita sonrisita de Tete luego de hacer tal acto, lo dejó tonto por unos segundos.

─No pasa nada, Koo, está bien─ Acercó al pelinegro y finalmente logró que se hiciera paso entre las sábanas. Teniendo ahora a su esposo abrazándolo fuertemente por su cintura, mientras que su cabeza reposaba en la curvatura entre su cuello y hombro.

Las manos de Koo acariciando toda la piel a la vista, empezando un agradable masaje desde las caderas de Tae hasta llegar a sus muslos. Los cuales, secretamente, admiró y estrujó de más. Sacando una carcajada nerviosa por parte de este, ocasionando que lo alejara.

─¡Papi!─ Reprochó, alargando la última vocal, y a la vez safándose del agarre del contrario. Recibiendo una mirada divertida de parte del mismo. Quien al parecer le parecía demasiado gracioso hacer aquello mientras que él, por su lado, se moría de vergüenza.

Y una clara muestra de eso era su risa y mirada tímida.

Koo inmediatamente tomó con su mano el mentón del castaño, logrando que éste lo mirara fijamente y en cuestión de microsegundos, ya lo estaba besando. Un beso suave y dulce, que pronto se fue profundizando a tal punto que sus cuerpos parecían uno.