Miré desde mi espejo mágico escondida de todos a mi amado Mehmed practicando tiro con arco junto a dos de sus guardias de confianza. Era tan estudiosos. Claramente era el favorito del sultán pero aún así no dejaba de intentar superar sus límites.
Sin embargo, por culpa de la sultana Hurrem creció ignorante de toda la malda que hay en este palacio. Por culpa de una estúpida regla tuve que perder a mi bebé a manos de esa mujer que en un futuro será recordada como la mujer más importante de todo el imperio otomano.
Eso fue antes. Ahora yo me encargaré de utilizar ese don que Allá me dio para hacer felices a sus protegidos.
Invoqué un espejo frente a mí para ver mi aspecto. Aunque con mi bonita apariencia hice que Mehmed se enamorara de mí hasta el punto de que en el tiempo que estuvo con él no estuvo con más ninguna concubina yo sabía que para hacer inolvidable, la apariencia también es escencial.
De mis manos brillaron una luz azul que me rodeó y mi apariencia comenzó a cambiar.
Mi pelo castaño se volvió largo t sedoso de un brillante color platinado como la luna, mis ojos parecían una preciosa piedra del zafiro más valioso del mundo, mi piel era tan blanca como la nieve y delicada cual seda, mi cuerpo lo volvió esbelto y curvilínea con unos atributos considerables pero no había problema porque solo tenía 14 años así que crecerían con el tiempo.
Toda mi persona irradiaba belleza, encanto, sensualidad y sabiduría. Calmando las emociones de las personas que me rodeaban y hechizando a todos con el brillo de mis ojos.
Modifiqué el feo vestido que me dieron por ser solo una concubina a una más hermoso hecho con las telas más finas. No cambié el diseño de mangas largas y bordados blancos con azules pero hice que se viera más hermoso y pegado a mi sensual figura.
Sabía que cuando Mehmed me mirara, quedaría enamorado de mí al instante y mi amado padre Allá me dijo desde que nos viéramos a los ojos él nunca iba a parar de pensar en mí e iba a tener fidelidad infinita hacia mi persona haciendo que sea imposible engañarme con alguien.
Yo pasaría a la historia como la primera mujer en convertirme en la única sultana que un príncipe y futuro sultán tuvo en su cama. Ni siquiera la sultana Hurrem que presumía tener el amor del sultán Suleiman pudo lograr eso.
Me teletransporte a los aposentos de mi amado encontrando este completamente desordenado.
Ahora recuerdo que Mehmed se había enojado con su madre porque esta no dejaba de mandar concubinas hipócritas y doble cara y por eso se encontraba así.
Rápidamente utilicé mi magia haciendo que todo estuviera impecable y comencé con mi plan.
Se escucharon pasos acercándose a los aposentos así que invoqué una bandeja con una jara de agua y una copa esperando mi actuación.
- Su alteza, la madre sultana ha enviado a una sirvienta para su disposición ya debería haber ordenado el cuarto -
Escuché decir a uno de los guardias a su alteza. Había hechizado al guardia para que dijera eso e incluí recuerdos de mí entrando a la habitación.
Además cambié la línea de tiempo haciendo que la madre sultana no muriese y estuviera aún viva.
Las puertas de los aposentos se abrieron y yo rápidamente dejó la bandeja en la mesa e hice una reverencia con la mirada baja.
- Su alteza - espera un poco Clara. Pronto nos amaremos como antes.
.........
El príncipe Mehmed después de escuchar lo que su guardia decía solo asintió y entró a su habitación encontrándose con esta completamente ordenada y la figura de un mujer poniendo una bandeja con una jara de agua y una copa sobre la mesa.
- Su alteza - le hizo una reverencia.
No le respondió.
Quedó completamente en blanco mirando la belleza de Allá que se encontraba en frente de él.
Esa aura tan sensual y cautivadora. Ese cuerpo esbelto y curvilíneo que parecía ser irreal. Esa piel tan blanca y tersa junto con ese pelo platinado muy raro nunca antes visto.
Su voz, ¡Oh por Dios su voz!. Tan clara y cristalina como el agua y tan cautivadora como la más hermosa melodía lo dejaron embelesado.
- ¿Quién eres? - se acercó a ella intentado mirar a tal belleza más de cerca pero ella seguía con la mirada baja.
- Soy Clara - hizo otra reverencia ante él.
- Clara - saboreó ese nombre el príncipe en sus labios. Era un nombre hermoso aunque no la hacía justicia a su belleza.
Tomó su mentón delicadamente con sus dedos e hizo levantar la mirada de la concubina.
Silencio fue lo único que se escuchó por un largo rato. El príncipe había quedado totalmente perdido en los ojos de aquella joven muchacha.
Sentía que todo lo demás había dejado de existir. El tiempo, el palacio, el mundo.....simplemente todo. Nada valía más que la joven que se encontraba frente a él.
La joven se sonrojó por su mirada pero no apartó los ojos de él. Se veía tan linda y sensual de esa manera. Que rápidamente Mehmed se sintió caer en la locura mientras toda su sangre se concentraba en un solo lugar en entre sus piernas.
Acarició los sensuales labios de color cereza que lo invitaban a devorarlos como si fuera la última gota del desierto.
Clara se separó ya que el movimiento del príncipe hizo temblar sus piernas y temía caer sobre él.
- Y-yo tengo que irme su alteza - hizo una tímida reverencia e intentó salir.
Mehmed la tomó por el brazo e hizo que volteara a verlo con un movimiento rápido.
- ¿Por qué te vas?, ¿no quieres quedarte conmigo? - Mehmed acercó su rostro al de Clara sin dejar de mirar sus hermosos ojos.
Clara se mordió el labio nerviosa. Movimiento que no pasó desapercibido por Mehmed que bajó su mirada a sus labios deseando morder le de esa manera también pero un poco más bruscos.
- Eres preciosa, la mujer más hermosa que he visto en mi vida - susurró sobre los bellos labios de la joven.
- Su alteza - Clara cerró los ojos al sentir la respiración del príncipe en su cuello.
Todo su cuerpo tembló al sentir un beso prolongado que el castaño dejó haciendo que tomara su estrecha cintura con sus brazos ya que Clara perdió completamente el equilibrio.
Clara miró a Mehmed a los ojos, sus ojos brillando con timidez y deseo tentando a Mehmed a cometer un pecado.
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BÚSQUEDAS
CLARA HANTUN:
Una concubina de belleza etérea y sensual de 14 años que hechizó al príncipe Mehmed con una sola mirada. Dicen que desde ese instante el príncipe Mehmed la volvió su más amada favorita.Haseki Neyla Sultan:
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La Única Mujer | Shehade Mehmed
FanfictionClara fue la primera concubina que tuvo el príncipe Mehmed y para muchos fue su primer y único amor pero por un error lo perdió todo. Ella renace en el tiempo en que fue enviada a servir al príncipe Mehmed pero este todavía no se había fijado en ell...