capitulo 8

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—¿Pueden repetirme porqué es una buena idea? —cuestionó Lisa mirando la jaula transparente ser subida por la polea.

Iban a meter a Jennie en esa jaula y no le estaba dando muy buena espina, temía que no aguantará la fuerza de la mandíbula del meg y pasara lo peor.

La neozelandesa dejó de observar a Rosé, para concentrarse en su equipo y volver a ayudarlos.

—Bueno, es una jaula antitiburones —obvió Jisoo.

—De plástico —volvió a cuestionar ofendiendo a la ingeniera.

—Voy a ignorar lo que dijiste —gruñó—. Esta belleza está hecho de policarbonato, diseñado específicamente para no agrietarse, no romperse, sino deformarse.

Comenzó a explicar abrazando aquella cápsula transparente cilíndrica, orgullosa de su creación.

—Y en este caso, con este grosor, se necesitarían mil cuatrocientos kilogramos por centímetro cuadrado y para lograr romperlo de sesenta a setenta mil kilogramos —terminó su explicación esperando así un halago y cambio de opinión de la rescatista.

Sin embargo la respuesta y expresión que recibió fue todo lo contrario a lo que esperaba y solo dejó morir su ego.

—Sigue sin gustarme —gruñó.

En lo único que pensaba era en Jennie y que estaría enfrentándose al meg dentro de esa jaula, que a su parecer era solo de un plástico frágil.

La peli naranja rodó los ojos y observó con molestia a sus otros dos compañeros que la miraban con burla.

—No digan nada —los cayó antes de que dijeran algo.

Lisa observaba de lejos a la azabache prepararse para entrar a la jaula, ahora solo estaba abrochándose los tanques de oxígeno, mientras que escuchaba a su padre decirle un par de cosas.

Por las expresiones que ambos tenían parecían estar discutiendo de algo, y aún así, no pudo evitar pensar en lo hermosa que lucía.

En cuanto vio como el señor se marchaba de ahí, aprovechó a tomar el arpón que ella ocuparía para ir y hablar con ella.

La vio suspirar algo triste.

—Hola —Jennie sonrió un poco forzado al ver a Lisa tomar asiento a su lado.

—¿Qué te dijo? —fue lo primero que se le vino a la mente.

—Dijo, "ten cuidado hija". Esa es su versión de "te amo, hija" —contestó ajustando su cinturón.

—Se ve que te tiene mucha fé —murmuró con un toque de ironía.

Jennie volvió a suspirar, esta vez con molestia. Al parecer la mayor notó su verdadero estado de ánimo.

—Me he sumergido cientos de veces antes en el agua con distintas especies letales, no entiendo por qué se pone así.

—Bueno, cambia mucho la cosa cuando se trata de un antiguo tiburón prehistórico gigante capaz de sumergir tres botes pesqueros —le dio la razón a su padre.

—Si, pero conozco su anatomía y sé dónde esto —le quitó el arpón de las manos—, puede atravesar la piel del megalodón.

Lisa se sintió preocupada por ella. Era demasiado obstinada y terca y aunque le encantaba que fuera así de apasionada, le preocupaba también la pequeña Lia, la cual la había hecho prometer que traería con bien a su madre otra vez.

—Jennie... déjame hacerlo. Yo podría ir en vez d-

—Oye —la interrumpió tomando su mano con sutileza mientras le dedicaba una linda sonrisa—. No te preocupes por mi, ¿Si? Solo déjame hacer lo que mejor hago.

En lo profundo (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora