2. El encuentro casual

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La balada de los dragones

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El encuentro "casual"

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Colegio Galard

Radamanthys volvió al dormitorio destinado a los invitados un tanto consternado evitando a sus amigos ya que, primeramente, necesitaba poner sus pensamientos en orden. Ingresó a las instalaciones del dormitorio del este, cuidando no ser visto por nadie, yendo escaleras arriba sin confirmar si había alguien en la cercanía cerrando la puerta con cuidado.

Se dejo caer de espaldas en la cama apenas arrojó sus pertenencias al escritorio vacío ubicado al otro lado analizando lo que acababa de suceder: un sujeto, que decía ser de la universidad, lo abordó sin más por razones que le eran desconocidas hablando como si se conocieran desde hace tiempo. Aunque, si lo pensaba bien, parecía que solo estaba por ahí y no hizo más que prestarle su encendedor, además de hacer un poco de conversación.

"¿Será que solo estaba por ahí cerca casualmente?", pensaba con aprehensión.

El chico mantuvo la mirada fija en techo blanco sobre su cabeza, mientras el sol de la tarde caía atenuando la luz natural de la habitación que se filtraba por la ventana cuadrada a la derecha del cuarto de paredes claras y desnudas. Un par de pensamientos escalofriantes se generaron en su mente desechándolos con rapidez: aquel sujeto llamado "Kanon" solo estaba en la cercanía por casualidad y, como bien mencionó, era estudiante de la universidad cercana confundiendole por otro universitario, ¿cierto?

Esa fue la historia que compartió y, aunque algo le decía que desconfiara, podía tomarlo por verdadero en ese momento, ¿no es así? Trataba de calmar su mente y sus dudas sacando todo tipo de conclusiones sin fundamento que le ofrecieran tranquilidad en esos instantes.

—Si, debe ser eso —se dijo más calmado—. Todo está bien... —repitió lanzando un breve suspiro ya que era esa era la primera vez que tenía un encuentro de ese tipo y no estaba muy seguro de cómo proceder o qué pensar al respecto.

Se puso de pie observando su reflejo en el espejo de cuerpo completo colocado detrás de la puerta, ahora era más alto que el espejo ya que no alcanzaba a ver su cabeza salvo que retrocediera varios pasos casi llegando a la pared opuesta. Había crecido demasiado desde el año pasado teniendo que ajustar el espejo en la habitación de su casa varios centímetros más arriba para poder ver su rostro.

—Parece que se me acercaran personajes extraños de ahora en adelante tomándome por un adulto... que horrible —pensó con desagrado lanzando ahora un suspiro de fastidio tratando de sacar lo acontecido de su mente. Solo era muy alto, no mayor de edad.

Había invertido muchas horas de esfuerzo deportivo y académico para llegar hasta esa competencia y no quería desperdiciar la oportunidad, o estropearla, gracias a un encuentro al azar como ese. Sacudió la cabeza con violencia como si con ese gesto pudiera expulsar los sentimientos de miedo que dejó el extraño encuentro deseando que no se volviera a repetir más adelante.

Una vez que se sintió más tranquilo y con la mente clara, bajo a la sala común del dormitorio para distraerse un rato con sus compañeros decidiendo que lo mejor era mantener lo ocurrido con el estudiante aquel en secreto.

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Kanon volvio a su dormitorio universitario sintiéndose muy bien pese al extraño, no obstante esperado desarrollo de su primer encuentro con el adolescente rubio. El edificio donde vivía se encontraba hasta el otro lado del complejo académico, serían más de veinticinco minutos a pie desde la zona del bachillerato sin embargo, el haberse sacado la inquietud hizo que la caminata fuera de lo más amena comprando un cigarrillo para fumar un poco sintiéndose algo "cercano" al chico rubio y enigmático.

La balada de los dragones (Rada x Kanon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora