★ ° :. 彡𝐒 𝐓 𝐈 𝐓 𝐂 𝐇 𝐄 𝐒★ ° . * ☆𝙹𝙴𝙽𝙻𝙸𝚂𝙰☆

✰ P R Ó L O G O ✰

Veía su teléfono con la esperanza de que su padre la llamara para decirle mínimo que no pudo asistir a su graduación, pero no fue así, no hubo ninguna llamada ni tampoco un mensaje de texto.

Suspiró derrotada hasta que escuchó su nombre.

— Lalisa Manoban —  Llamó el director con el diploma de la mencionada en sus manos.

De inmediato se levantó de su lugar, siendo aplaudida por el público y por su mejor amiga Jisoo, ella era la única que le aplaudía con total fervor. Sintiéndose orgullosa de ella.

Lisa tomó su diploma y su título en sus manos, haciendo una pequeña reverencia hacia el hombre mayor que se los entregó, saludando a su profesores de facultad.

Estaba feliz, se sentía contenta y plena pero su corazón estaba triste.
Aún así, disfrutó del momento y cuando la ceremonia terminó, obviamente debía festejar con sus amigas.

— ¡Por las abogadas! — Gritó Jisoo alzando su vasito de tequila para hacer un brindis.

— ¡Por las abogadas! — Dijeron al unisono las chicas, levantando sus vasos para unirse a Jisoo.

Las chicas se tomaron aquel shot de tequila para calentar motores. La noche era joven y no la desaprovecharían.
Sintieron el ardor en sus gargantas pero poco les importó, eran jóvenes recién graduadas. ¿Qué podría pasar?

— ¡A bailar chicas! — Gritó Seulgi.

— ¡Vamos! — Se unió Momo.

Lisa veía el entusiasmo de sus amigas y no pudo evitar esbozar una sonrisa nostálgica. Las siguió también, dejándose envolver por la música del antro en el que se encontraban.
Bailó hasta el cansancio, hasta que todo el alcohol que había consumido y mezclado esa noche, hizo efecto en su cuerpo y mejor se sentó en una mesa para evitar caer en la pista de baile.

A su lado estaba Seulgi y Momo, quiénes decían cosas incoherentes y bebían como unas completas alcohólicas, mientras que Jisoo y Nayeon se reían de las tres chicas ebrias.

— P-Papá n-no vino a mi g... Graduación Jisoo Unnie — Lloriqueo Lisa llegando al lado de su mejor amiga a lamentarse.

— Así que por eso bebiste de esa manera ¿Eh? — Preguntó un poco triste por la situación de su mejor amiga — Tranquila, tal vez tenía cosas que hacer — Intentó consolar.

La chica ebria solo se quedó pensando, admirando el techo del lugar. Sumida en sus pensamientos, estaba muy ebria para pensar con claridad.
Pasaron las horas y cuando vió a su mejor amiga bailar como loca en la pista, no quiso interrumpirla con sus penas.

Estar en aquel lugar le recordaba a la vieja Lisa. La chica de preparatoria que todos querían ser. Aquella chica fría como el hielo. Aquella Lisa que decepcionó a su padre.

Suspiró profundamente volviendo a la realidad. Se levantó de su asiento, ensordecida por la música del lugar, se dispuso a salir del antro en el que se encontraba, caminando sin rumbo por las frías calles.

Se abrazaba a si misma debido al frío tan horrible que hacía.
Caminó hasta que llegó a su casa y se dejó abrazar por la soledad una vez más.
Este día había sido como todos los anteriores desde que salió de la casa de su padre... Solitario.

Tenía a sus amigas que siempre estaban ahí para ella pero aún seguía sintiéndose completamente sola y desamparada. Seguía teniendo esas heridas en su corazón que lo habían sanado en los últimos cinco años.

Se dejó caer al suelo deslizándose poco a poco por la pared hasta que su trasero tocara el frío piso. Se abrazó a sus rodillas y comenzó a llorar.
Ese sentimiento de sentirse sola ya era una costumbre pero en especial... Esa noche, se sentía peor.

Empezó a respirar rápidamente y sus pensamientos comenzaron a ser demasiados como para concentrarse solo en uno.
Se levantó con el corazón palpitandole fuerte en su pecho. Su teléfono comenzó a sonar pero ella no puso atención en él.

Se abrió camino entre su apartamento hasta llegar al baño. Se miró al espejo y definitivamente vio lo que siempre veía. Una mujer sola y triste.
Suspiró profundo con el ataque de ansiedad resbalandole por todo el cuerpo y miró de nuevo al espejo para después desviar la mirada a un lado del lavabo donde estaba sus repuestos de navaja para su rastrillo.

Con las manos temblorosas y con el alcohol consumiendole los pensamientos, tomó una de estas antes de mirarla por minutos, contemplando lo afiladas que estaban.

Después de terminar de mirar la navaja, se miró una última vez en el espejo, susurrando las palabras "adiós Lisa, duerme bien", para después apagar la luz del baño y salir de él.
Se dirigió a su recámara, dejando sus tacones en la entrada de esta y recostandose en el rígido colchón.

Se recostó boca arriba, admirando el techo de su habitación que ya conocía demasiado bien, pues todas las noches se quedaba mirándolo por horas hasta quedarse dormida.
Cerró los ojos, levantando la navaja y poniéndola en su muñeca.

"Eres una cobarde. Ni siquiera para matarte sirves"... Susurró una voz en su cabeza.

— Basta ... — Sollozó Lisa con los ojos cerrados, tratando de dispersar esos pensamientos en su cabeza.

"¿Crees que alguien le importas?, ¡Hazlo de una vez!...

" Eres un fracaso Lalisa Manoban"...

" ¡Me da vergüenza que seas mi hija Lisa!..." - Recordó la voz de su padre.

" Solo pon esa navaja en tu muñeca de una buena vez"

"Eres una fracasada, tu crees que... "

— ¡Bastaaaa! — Gritó frustrada moviéndose en su lugar.

Lisa presionó la navaja en su piel, moviendola para hacer un corte limpio, en el cual de inmediato comenzó a salir aquel líquido rojo a gotas enormes. Su teléfono seguía donando como loco desde la sala, pero a Lisa poco le importó.
Lisa sintió el dolor y el ardor correr por su brazo pero no le importaba, solo se recostó de nuevo en la cama y puso su muñeca en su estómago, manchando por completo su ropa, tiñendola del rojo de su sangre.

Unas cuantas lágrimas cayeron por sus mejillas, cerró los ojos con fuerza, esperando caer en aquel sueño profundo y no sufrir más en este mundo tan cruel.

HOLIIIII, ESPERO ESTÉN SÚPER BIEN:).

LES TRAIGO ESTE NUEVO FIC QUE ESPERO LES GUSTE, SÉ QUE ASÍ SERÁ;)
ESPERO LO DISFRUTEN Y LE DEN MUCHO APOYO. LOS QUIERO<3