☆ cap. 11 ☆

1.7K 130 6
                                    

Pov Lisa:

Me encontraba en el sofá de la sala cubierta con una manta y una taza de té de limón en mis manos, junto a Jungkook que me miraba preocupado. Él aún tenía su pijama de patitos, a él siempre le gustaron.

— Siento aparecer en tu casa a estas horas y en este estado Kook, de verdad no sé que me pasa — Me disculpé.

— No te disculpes, sólo quiero saber que pasó para que aparecieras así — Rió levemente.

— Realmente no sé que pasó, tuve un ataque de pánico creo — Y era verdad, no sabía que había pasado.

— Debo curar tus nudillos, debemos adelantarnos a la hinchazón — Se levantó de mi lado y se dirigió a la cocina.

Segundos después, apareció con una bolsa de verduras congeladas.

— Se me acabaron los hielos — Sonrió, mostrando la bolsa de verduras.

Tomó mis manos con delicadeza y colocó la bolsa en mis nudillos, no sin antes dsr un vistazo a la cicatriz de mi muñeca izquierda , de inmediato, retiré la mano, ocultandola.

— Dios mío... — Susurró él — Seguro la pasaste mal — Su voz sonó triste, nostálgica.

— Bastante mal — Admití, acomodando la bolsa de verduras en mis nudillos lastimados.

— Lisa, sabes que estoy aquí — Me acarició la mano.

— La pasé muy mal Kook — Comencé a llorar — En verdad me sentía tan mal por todo lo que pasó, mis amigas siempre estaban conmigo pero eso no quitaba el hecho de que me sentía culpable y triste cuando papá me corrió de la casa, me sentía mal contigo por el hecho de terminarte, lo siento... Lo siento tanto — Me llevé las manos a mi cara, sollozando.

— Ey ey, tranquila Lis, estoy aquí — Me consoló, abrazandome fuertemente.

Continuamos así por unos minutos, yo lloraba en su pecho y él solo me abrazaba.

— ¿Tú padre sabe de esto? — Me preguntó, acariciando mí cabeza.

— No, y no le digas por favor — Pedí.

— Está bien, no lo haré — Me consoló — ¿Ahora sí me dirás por qué tienes los nudillos así? — Se separó de mí para verme, curioso.

Después de unos minutos, le conté todo, absolutamente todo.

— Idiota, poco hombre — Soltó con coraje — Es un imbécil — Dijo.

— Lo es y por eso lo odio — Contesté.

— Pero Lisa, ¿Dices que Jennie te besó e hizo todo eso contigo? — Asentí — Entonces, ¿Cómo te sientes con eso? —

— No lo sé, confundida tal vez... No sé que sentir Kook — — Me revolví el cabello frustrada

— Creo que te gusta — Me dijo él.

¿Me gustaba Jennie?, no lo sabía, solo sabía que quería estar con ella todo el tiempo, que quiera tocarla, verla. No quería que estuviera con nadie más.

— Kook, tiene 18 años y yo 24, ella es solo una adolescente que no sabe lo que quiere — Reconocí con dolor.

— Tal vez pero no lo sabrás si al menos lo intentas. Lisa, sé que tienes miedo después de todo lo que pasó con tu padre, pero ahora eres una adulta y puedes ser tu misma. Jamás me miraste como mirabas a las chicas y ya es hora de que reconozcas que los hombres no son lo tuyo — Me acarició la mano — Siempre te voy a apoyar Lis — Me sonrió cálidamente.

— Gracias Kook — Le sonreí débilmente.

Jungkook tenía razón, después de todo lo que pasó con papá y todas las cosas que me dijo, cerré mi corazón y mis gustos, guardando los en lo más profundo de mi ser para que nadie pudiera descubrirlos, pero ahora, yo era diferente. No tendría miedo nunca más.

🤍

Caminé sin rumbo por las calles de día, era lunes y obviamente tenía un humor de mil demonios. Me solían los nudillos y la espalda debido a los cristales que me enterré en la piel la noche anterior.
No sabía con qué cara iba a ver a Jennie o cuando su estúpido amiguito se apareciera en casa. Estaba tan abrumada por todo, jamás me había pasado algo como lo de ayer. Tendría que hablarlo con Jihyo la siguiente cita.

Salí de mis pensamientos cuándo ví como el auto de papá se estacionaba en la entrada y salía de él junto con Chae Rin, habían regresado de su viaje. De inmediato la puerta se abrió y dejó ver a Jennie aún en pijama, abrazó a su mamá y a papá, fijando su vista en mí. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo al instante.

Caminé hasta ellos y mi papá me vio con una sonrisa.

— ¡Lisa! — Corrió a abrazarme, yo me incomodé un poco — Te extrañé hija... — Habló aún abrazándome.

— Yo también te extrañé papá — Le di una palmadita en la espalda.

— Ven, te tengo una sorpresa — Me miró y pude ver un brillo en los ojos — Amor, entra y saluda a Jennie ¿Sí? — Le dijo a su esposa y yo me tensé ante aquel nombre.

Yo solo lo seguí, ignorando por completo a Jennie y su madre, en esos momentos, lo último que quería era lidiar con ellas.

Seguí a papá y me di cuenta que nos dirigimos al garaje, al cuál no había entrado hace aproximadamente 6 años. Desde que me fui.

Papá sacó las llaves y abrió el portón automático que cubría el lugar. Me quedé mirando lo que hacía y efectivamente, aún todo estaba como lo había dejado.

— ¡Oh por dios! — Entré emocionada en cuanto las puertas se abrieron.

— Todo está cómo lo dejaste Lisa — Habló mi papá detrás de mí, yo miraba todo con admiración.

— Pensé que habías vendido todo — Comenté acariciando mi Ferrari 308 GTSi, ese bebé fue mi todo.

— No lo haría, todo esto no es mío hija, esto siempre fue tuyo — Me giré a verlo y me sonrió, una sonrisa verdadera.

— Gracias papá — Le agradecí y él Asintió.

— Ve a dar una vuelta si quieres, te estaré esperando — Señaló mi coche.

— ¿Hablas en serio? — Pregunté entusiasmada.

— Ajá — Me Asintió.

De inmediato, tomé las llaves que papá había sacado de su bolsillo y me subí a mi auto, sintiendo su olor característico invadir mis fosas nasales.
Encendí el motor y era como música para mis oídos, sonreí y tomé el volante para salir del garaje y de inmediato, cuando toqué el pavimento, aceleré.

Conducí un pequeño tramo de carretera y ¡Dios!, no había sentido esta adrenalina desde hace mucho tiempo.
Me encantaba la sensación de sentirme viva de nuevo, de sentir que era parte de algo y es que, siempre fui parte de esto, esto era lo que era.

— ¡Wooohhh! — Grité emocionada acelerando, sintiendo el aire golpear mi rostro con fuerza.

Por primera vez estaba siendo feliz en mucho tiempo.


★ ° :. 彡𝐒 𝐓 𝐈 𝐓 𝐂 𝐇 𝐄 𝐒★ ° . * ☆𝙹𝙴𝙽𝙻𝙸𝚂𝙰☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora