★ ° :. 彡𝐒 𝐓 𝐈 𝐓 𝐂 𝐇 𝐄 𝐒★ ° . * ☆𝙹𝙴𝙽𝙻𝙸𝚂𝙰☆

☆ cap.7 ☆

Pov Jennie:

Corrí por toda la casa, buscando familiarizarme con ella, pues era mi nuevo hogar. Un hogar en el que no estaba feliz pero tampoco vivía un infierno como en el anterior.
Recorrí la casa viendo cada detalle y decoración con admiración y fino interés, hasta que ví el montón de cuadros que había en la pared para subir a las escaleras.

La mayoría eran de una mujer adulta con una sonrisa impecable, era la esposa de Marco. La que murió.
Mi atención se puso en un cuadro donde aparecía una chica alta, rubia y con un aspecto rudo.
Parecía toda una súper modelo, piernas largas y labios gruesos. En la fotografía aparecía recargada en una motocicleta Harley Davidson, sosteniendo el casco. Vestía un pantalón de cuero, botas militares negras, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero con la marca de la motocicleta marcada en el costado de si brazo. Tenía la nariz cubierta con una bandita y su pómulo ligeramente inflamado. Se veía como una criminal pero demasiado atractiva.

Mi corazón dió un vuelco al imaginarla al lado de mí. Era tan linda y ardiente que simplemente desde ese primer instante, me encantó.

— Ella es Lisa. Mi hija — Dijo Marco detrás de mi, haciéndome salir de mis pensamientos.

— Oh... — Fue lo único que dije — ¿Dónde está ella? — Le pregunté por instinto, si ella estaba ahí en ese momento, moría por conocerla.

— En la universidad — Habló con un tono triste — ella no viene seguido por aquí — Admitió, cuando se dió cuenta que estaba empezando a notar su tono triste, cambió de tema — Vamos a ir habitación Jennie, te enseñaré cual es — Me dijo fingiendo alegría.

...

Abrí los ojos lentamente, aquel recuerdo había invadido mi mente.
La vez que conocí a Lisa, solo con ver aquella foto, siempre desee que estuviera conmigo. No sé exactamente por qué, pero necesitaba conocerla pero ahora que está aquí conmigo, no desaprovecharé absolutamente ningún momento.

Es tonto pensar que todo lo que siento solo fue por ver las fotografías colgadas de Lisa en la casa de su padre, pero... La necesito.
Besarla se sentía tan bien, esos labios carnosos sabían justo como lo imaginé. Tan inocente pero con una pizca de perversión en su mirada. Podía notarlo incluso sin esforzarme.

Sonreí involuntariamente ante la imagen de follarla en mi cama.
Me levanté y me dirigí a mi closet a sacar un traje de baño, necesitaba refrescar mi mente o me calentaría tanto a tal punto que no podría controlarme y, era demasiado pronto para dar un paso así de grande.

Bajé las escaleras y me adentré a la piscina que había en el jardín. Hoy era un día soleado. Eso me gustaba.
Comencé a aplicar un poco de bloqueador y de un impulso, me metí a nadar un poco para disipar el calor en mi cuerpo. Disfruté del contacto con el agua y de inmediato una sensación placentera me recorrió el cuerpo.

Me giré sobre mi propio eje para nadar un poco de espaldas y disfrutar más de el agua en mi cuerpo, abrí los ojos y miré hacia el piso de arriba, directamente a esa habitación y pude ver a Lisa mirándome fijamente.
Cuando nuestros ojos se conectaron, sonreía maliciosa, ella solo apartó la mirada y se sonrojó al instante.

Yo tenía un plan, y ese plan era que no apartara sus ojos de mi ni un instante.
Desabroché la parte de arriba de mi bikini y lo lancé lejos, dejando mis pechos al aire. Era algo arriesgado, ya que había vecinos que podían verme, pero poco me importó.

Lisa volvió a verme y esta vez pude ver como sus ojos se abrían en forma de sorpresa, en seguida, Lisa desapareció de su ventana y ya no pude verla. Lo cual me decepcionó un poco.

Pov Lisa:

¿A dónde estaba yendo?, honestamente ni yo lo sé, mis pies caminaban solos.
La furia me consumió al ver aquello, cualquiera podría ver a Jennie en ese estado si solamente asomaba su cabeza un poco por la ventana. La idea de que alguien pueda ver a Jennie semidesnuda, no me agradaba para nada.

Bajé las escaleras saltandome escalones y corrí hacia el jardín, dónde Jennie tomaba un poco de jugo de naranja en la orilla, aún deuda de la parte de arriba.

— Viniste, ¿Quieres entrar?, el agua es muy cálida — Me sonrió.

— Sal ahora — Le ordené enfadada, ¿Por qué esta chica me hacía sentir cosas?

— ¿Perdona? — Me miró confundida — Sí acabo de entrar — Me dijo maliciosa.

— ¡Dije que salgas! — Le grité, tomándola de los brazos y obligándola a salir de la piscina.

— ¡Oye!, ¡¿Qué te pasa, estás loca?! _ Me gritó ya fuera de la piscina.

Yo no la escuché y en seguida la cargué en mi hombro, era tan ligera como una pluma.

— ¡Bájame!, ¡Oye! — Me gritaba furiosa pero no la escuché, simplemente la lleve hasta dentro de la casa.

Una vez dentro, mi furia aún seguía, así que la bajé de mi hombro y en seguida, ella me empujó, dándome golpes en el pecho.

— ¡Eres una psicópata! — Me gritó molesta.

— ¡¿Yo soy la psicópata?!, ¡Tú estabas con los pechos al aire en la piscina!, ¿Qué hubiera pasado si alguien te hubiera visto? ¡¿Eh?! — Grité histérica.

— ¡Ese no es tu problema! — Contraatacó — ¡No eres quien para decirme que hacer! —

— Cállate... — Le Susurré a nada de explotar. Esto no sería bueno.

— ¡¿O si no qué?!, ¿Mmm?, ¡Responde! — Me provocó.

— Solo cállate Jennie — Le dije una segunda vez.

— ¡No me digas que hacer! — Me volvió a gritar y esta vez ya no pude controlar mi cuerpo.

Me dejé llevar por mis impulsos y me tiré sobre ella, atrapando sus labios con fuerza y rudeza, mordiendo su labio inferior con firmeza.
Entrelacé nuestras lenguas en un beso deseoso. Lo único que había hecho, lo había hecho mal. ¿Por qué está niña me hacía sentir cosas tan raras?

Mis manos fueron hacia sus pechos desnudos y los apreté con fuerza, ganándome un gemido ahogado de Jennie.

— ¿Querías esto, mmm? — Le pregunté entre el beso rudo que nos dábamos. Ella no dijo nada, solo Gimió cuando sintió mis manos apretarlos aún más.

Tomé sus pezones entre mis dedos y los estimulé, ya estaban erectos debido al contacto.

En ese momento, un poco de lucidez regresó a mí mente. A esta chica le gustaba jugar, jugó conmigo desde el día uno. Era mi turno de jugar ¿No?
Sonreí maliciosa separándome del beso, solo pude ver la mirada confundía de ella hacia mi.

— Has sido una niña mala. Este es tu castigo — Me separé y me dirigí a las escaleras — Buen día Kim — le dediqué una sonrisa cómplice y subí las escaleras para adentrarme en mi habitación y sonreír como tonta.