Te necesitamos

907 114 10
                                    

La conocía, lo suficiente como para saber que la médica de la escuela de hechicería en Tokio no iba a quedarse con la boca abierta al ver a su ex compañero delante de ella. Se encontraba apoyada en la verja, exactamente igual y en el mismo lugar donde se vieron por última vez. Aunque esta vez no lo recibió tan sonriente, se encontraba seria y con expresión cansada. La oscuridad debajo de sus ojos era nueva, se notaba que estaba trabajando sin parar. Siempre supieron que ese era el futuro que le esperaba, después de todo era la única con su habilidad.

"Quería dejarlo, ¿sabes?" Dijo tan pronto notó la presencia de Suguru, refiriéndose al cigarro con el que jugaba a pasarlo entre los huecos de sus finos dedos. "¿Dónde está?" Lo miró, por primera vez desde que llegó.

"¿Cómo sabes que está conmigo?" Ambos se miraron, desafiantes. Pero aquella fachada no duró por mucho tiempo, y fue la castaña la primera en soltar una suave risa. A pesar de los años y las acciones del brujo, seguían teniendo aquella extraña conexión. "Es una especie de templo, no puedo darte indicaciones como comprenderás." Le ofreció un mechero, que había comprado sólo para aquella ocasión.

"No esperaba que lo hicieras." Negó la propuesta de su excompañero, guardando el cigarro en su bata. Quizás no le hacía falta. "¿Qué es esa expresión de sorpresa? No iba a ser una adolescente despreocupada toda la vida, ahora tengo responsabilidades. " Dijo eso, y era verdad. Le envolvía un aura de madurez y no recordaba en ella. "¿Qué tan grave está?"

"Te he echado de menos." Shoko sintió que se le quebraba el corazón. Pensó en decirle que ella también, pero eso solo haría las cosas más difíciles. "Por muchos aliados que haya hecho, ninguno se compara contigo. Siempre tan directa, sin rodeos. Responsable pero no ser..."

"¿Me has traído para reclutarme? No lo creo, tu no eres tan tonto." Sonrió, a modo de burla.

"Tenía que intentarlo." No lo iba a negar. "Noté un estallido de energía maldita cerca mía. Era demasiada, y solo he conocido a una persona capaz de contener esa cantidad. Al llegar, me encontré a Satoru medio muerto en mitad de una colina. Tenía fiebre y había usado tanto sus técnicas que no le daba tiempo a recuperarse. ¿Así trata la escuela a sus mejores hechiceros?"

"Gojo se metió en eso él solito. El director y yo ya le habíamos avisado en varias ocasiones para que dejase de aceptar tantas misiones y descansará." Metió las manos en los bolsillos de su bata, encontrando con la mano derecha un cigarro que le había dado ganas de encender. "Pero se ve que no quería parar, me preguntó por qué."

Se dirigieron unas miradas agridulces, aun sonriendo. Aquella tensión les recordó a ambos que no eran amigos, que no era un reencuentro de antiguos compañeros de instituto y que eran enemigos. Que, de hecho, lo que Shoko estaba haciendo podía causarle problemas. Y que Suguru podría haber caído perfectamente en una trampa y que en cualquier momento podrían aparecer un montón de hechiceros para atraparle. En el momento en que el brujo metió una nota en la garganta de uno de los hechiceros que acaba de matar diciéndole a Shoko encontrarse donde la última vez, sabía qué consecuencias podría traerle. Y que la manera de contactar con ella no le iba a hacer mucha gracia.

"No está grave. Pero no se que hacer, y si no hago nada lo estará." Comenzó a sentirse ansioso. Quizás por la inevitable sensación de que todo era una trampa, o quizás por el hecho de que tenía a la persona de la que estaba enamorado con una fiebre delirante y vomitando a cargo de unas niñas.

"Bien, explícame todo por el camino con más detalle." Dijo mientras se acercaba a la papelera más cercana, tirando el maldito cigarro antes de pensárselo más veces.

"No tenía pensado llevarte mientras estabas consciente..." La mirada de la mujer fue suficiente como para cambiar de idea. Si las miradas matasen, Suguru ya estaría dándole explicaciones a San Pedro. "Vale, vale. Pero vas a tener que viajar en la boca de una maldición."

Motion Sickness (Satosugu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora