Capitulo - 6

22 2 0
                                    


El fin de semana llego más rápido de lo esperado, ninguno sintió la ausencia del otro puesto que estaban en constante comunicación.

Viktor no perdía oportunidad para mensajearlo por cualquier cosa. Por que su mascota hizo alguna gracia, por que su secretaria le llevaba cada vez más trabajo, por que encontró un lugar lindo para ir a comer juntos y otras cosas más, en cuanto a Yuuri, comenzaba a acostumbrarse a él.

Ahora respondía a cada mensaje del ruso con una sonrisa, le comentaba igualmente cosas de su diario vivir y le enviaba algunas de las fotos que tomaba.

Porque sí, Yuuri le tomo el gusto a capturar la belleza de la naturaleza y Viktor usaría eso a su favor durante su cita.

–¿Estás listo, Yuuri? –terminaba de subir algunas cosas al auto en tanto el amanecer hacía su aparición.

–Lo estoy –asintió emocionado acariciando las orejas de un muy tierno Makkachin–. Pero me gustaría que me dijeras a donde iremos.

–Es una sorpresa, tú solo dedícate a disfrutar del momento y tomar muchas fotografías –señalaba la cámara algo vieja que colgaba de su cuello y que Yuuri parecía preciar mucho.

Con todo listo emprendieron camino.

Yuuri gozaba de la vista, de la brisa a través de la ventana y Viktor se deleitaba al observar la tranquilidad y comodidad que emanaba Yuuri.

Condujeron por al rededor de treinta minutos entre charlas y música suave hasta llegar al famoso Bosque de Jimki. Una gran extensión de abedules se alzaba ante ellos rodeándolos de la paz propia de la naturaleza. El sol se filtraba a través de las altas copas de los arboles dándole un aire encantador al ambiente.

Los ojos de Yuuri resplandecían ante la majestuosidad del lugar, no dudo ni un segundo en comenzar a fotografiar aquello que mas llamaba su atención.

Viktor disfrutaba solo viéndolo, un sentimiento de plenitud lo embargaba justo en ese momento al estar junto a Yuuri y Makkachin. Recordó por un momento la leve soledad que lo embargaba en algunas ocasiones cuando su infancia hacia presencia en su mente, pero ahí teniendo a ese par a su lado todo malestar desaparecía.

Una hermosa sonrisa en forma de corazón tuvo que ser externada y Yuuri no perdió oportunidad para fotografiarla.

A partir de ese momento todo fue maravilloso, caminaron por los senderos de tierra tomados de las manos capturando la imagen de algunos animalitos que habitaban el lugar, comieron de los alimentos que Viktor preparo con antelación y Yuuri lo elogió por tan delicioso festín y para terminar, el ruso estuvo corriendo tras Makkachin que decidió perseguir a una pequeña ardilla.

Cuando la tarde hizo su aparición, regresaron al auto y condujeron por un par de minutos más hasta llegar a una bella cabaña a las afueras del bosque.

–¿Podemos estar aquí? –Yuuri estaba algo nervioso puesto que parecía haber gente dentro.

–No te preocupes, la cabaña es de mi familia y saben que vendríamos hoy. Seguro mis tíos han de estar esperándonos.

Viktor lo tomo de la mano y sonriendo para darle confianza lo llevo hasta dentro. Un delicioso aroma proveniente de la cocina los cautivo, Yuuri observaba curioso el lugar y a Makkachin que parecía conocer muy bien la casa, tanto así que al fondo de la sala estaba su tazón desde donde bebió agua y había un colchón que ahora sabía era de él puesto que se echo sobre el tan pronto lo olfateo,

–Que bueno que ya llegaron muchachos, la cena esta lista –un hombre algo entrado en años con una prominente calva, salia de la cocina con varios platos en la mano.

Mi Cautiverio  [YuriOnIce]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora