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Kihyun no podía soportar estar cubierto de suciedad, por lo que se metió en el cuarto de baño a lavarse. El agua no había sido cortada, para su sorpresa y alegría, por lo que dejó correr el agua caliente sobre sus manos y brazos y apartó las cosas que se le pegaban a la piel. El jabón de la escuela siempre había olido raro y odiaba cómo se sentía, pero se fregó bien y duro para conseguir estar limpio.

Volviendo al exterior, se encontró con que le esperaba Hyunwoo, con la pistola todavía en la mano.

—No creo que tengas mucha necesidad de quedarte aquí fuera— Dijo Kihyun.

—No podemos correr ningún riesgo, sobre todo después de lo que acaba de suceder. Probablemente tampoco debería dejar que te quedaras en la escuela sin mí.

Kihyun ahogó una risa ante eso.

Seguramente Hyunwoo quería jugar al héroe y protector, pero Kihyun no disfrutaba de su fantasía.

Hyunwoo admiraba su arma que hizo de él un hombre grande y fuerte. Ya había encontrado algo para reemplazar su condición de atleta.

—¿Estás bien?— Hyunwoo preguntó.

—Eso creo. Me maltrató un poco, pero ya me quité todas las cosas, así que supongo que estará bien. Aunque, fuiste tú quien tuvo que dispararle. ¿Cómo te sientes?

Hyunwoo se encogió de hombros. —Hice lo que tenía que hacer, ¿sabes? Además, no era la misma persona. Ese fue un gran cambio de juego para mí. 

Una vez más, Hyunwoo se comportó de una manera que era demasiado machista para la comprensión de Kihyun y se preguntó a quién estaba intentando engañar.

Con su estómago gruñendo, Kihyun se dio cuenta de que no había comido nada desde ayer, y pensó que el suplicio había mantenido a su mente fuera de los alimentos. Convertirse en un salvaje era una posibilidad. Si quería sobrevivir, tendría que apoderarse de su comida de la manera más bestial.
Por ahora, trataría de sobrevivir afuera de los restos de la comida que había conocido y amado.

—Tienes hambre— dijo Hyunwoo —Lo tienes escrito por todos lados. Aunque no tengo comida en mi casa. Habríamos ido de compras ayer, pero eso no sucedió por razones obvias. ¿Qué tal tú? ¿Tienes algún alimento en tu casa?

—Nada que pueda mantenernos por mucho tiempo. Mayormente arroz y fideos que no podemos cocinar sin electricidad.

Hyunwoo miró a la distancia como si estuviera plagado de indecisión. Los tipos como él siempre tenían sus cartas cerca, otro rasgo machista que molestaba endemoniadamente a Kihyun.

—Podríamos ir al restaurante de mis padres— dijo Hyunwoo —El refugio allí no será mucho, pero no es malo. Algunos de los alimentos necesitan de electricidad para poder ser cocinados, pero es mejor que nada. Además, alguien va a tener que comerlos antes de que se descongelen.

Kihyun no veía ninguna razón para no hacerlo y accedió a seguir adelante. Lo que le inquietaba era saber que Hyunwoo había evitado invitarlo. Cuando él había mirado a lo lejos, Kihyun sabía que había estado debatiendo si realmente quería tenerlo en el restaurante o no. Incluso la duda de momento le dejó a Kihyun una sensación de inestabilidad.

El restaurante quedaba a casi cinco kilómetros a pie desde la escuela y Kihyun pensó que estaría casi muerto de hambre para el momento en que llegaran caminando allá. Hyunwoo parecía no inmutarse por eso, por lo que emprendió el viaje sin decir una palabra y dejó a Kihyun arrastrándose detrás de él.
En el camino, vieron más de lo mismo. El Montallantas y la Estación de Gasolina habían sido asaltados, pero nada podría ser bombeado sin energía eléctrica. Había autos aparcados en las bombas y Kihyun se preguntó si los dueños se habían dado por vencidos, abandonando todo.

𝘢𝘴 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘰𝘳𝘭𝘥 𝘤𝘢𝘷𝘦𝘴 𝘪𝘯; sʜᴏᴡᴋɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora