𝘢𝘴 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘰𝘳𝘭𝘥 𝘤𝘢𝘷𝘦𝘴 𝘪𝘯; sʜᴏᴡᴋɪ

9

Kihyun dio vueltas y más vueltas. No fue porque estuviera herido o por la sensación de congestión en su cabeza que el llanto le había dejado lo hubiera mantenido despierto. La ira lo consumía y se extendió como un reguero de pólvora.
Hyunwoo había llegado muy lejos con su basura a través de todos estos años, sólo porque ni Kihyun ni nadie había puesto ninguna resistencia.

En cuanto a Kihyun se refería, su comportamiento sería detenido ahora mismo.

La oscuridad lo desafió a ir directamente a la oficina, pero cuando salió de debajo de las mantas, tanteó su camino y tropezó un poco mientras buscaba a Hyunwoo. Una vez detrás del mostrador, entró de puntillas en la oficina, encendió la lámpara y empujó a Hyunwoo hasta que despertó.

Hyunwoo se sentó, con los brazos girando como molinetes mientras recobraba la conciencia. —Dios, estoy tratando de dormir. ¿Qué demonios estás haciendo?

—Parece que un terriblemente pequeño inconveniente dado por todo lo que me has hecho pasar.

—Apaga la maldita lámpara y ve a la cama.

—No.

Las cejas de Hyunwoo se inclinaron, su nariz arrugada, y parecía más serio de lo que Kihyun lo había visto alguna vez. Kihyun sintió un nudo formarse en su estómago y le temblaban las manos, pero no podía dejar que el miedo lo frenara en la recuperación de su autoestima.

—Está bien— Hyunwoo apretó los dientes— Te lo diré de nuevo: ¡Apaga la maldita lámpara y vuelve a la cama antes que te golpee!

—Hazlo, ¿por qué no lo haces?

Hyunwoo resopló, como si pensara que era algún tipo de broma.

Kihyun hablaba muy en serio, sin embargo, el miedo que había sentido en primer lugar había sido reemplazado por liberación. Todo lo que tenía que hacer para recuperar el control, fue ir y mirar a su torturador directamente a los ojos, lo había arriesgado todo y se negaba a aceptar el abuso más.

Hyunwoo tiró las mantas a un lado, se puso de pie y se elevó sobre Kihyun.

—Simplemente no sabes cuándo darte por vencido, ¿verdad? Ahora, ¡haz lo que te digo y vuelve a dormir! 

Hyunwoo llevó su puño contra la palma de su mano al terminar su declaración.

Claro, Hyunwoo jugó su juego con maestría, pero Kihyun estaba sobre él. Todo lo que tenía que hacer era esperar un minuto más para derrotar a Hyunwoo, el matón para siempre.

Hyunwoo se acercó más y presionó su pecho contra el de Kihyun.
Sus ojos estaban un poco más arriba de la barbilla de Hyunwoo y aun así no dejaría que esté lo hiciera sentir como el hombre más pequeño.

—Entonces, ¿qué vas a hacer?

Kihyun se limitó a sacudir la cabeza.

Hyunwoo dio la vuelta y con un suspiro se sentó en el borde de la cama.

—Terriblemente difícil para un chico que estaba berreando como si se le fueran a salir los ojos como un bebé.

—No me importa lo que pienses de mí, Hyunwoo. Sí, lloré porque tenía que hacer algo para sacar todo el dolor. Es saludable, ya sabes. Sana, al igual que ser abierto acerca de ser gay.

—Oh Dios, aquí vamos de nuevo.

—Tal vez no quieras oírme hablar de esto, pero vamos a hacerlo.

—¿Y tú me vas a obligar?

Kihyun le devolvió la furiosa mirada que Hyunwoo le había dado.
Todas las fuerzas que le quedaban las necesitaba para avivar el fuego y crear toda la intimidación que podía.