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Chapter 12

Se convierte en un hábito para Jeongguk encontrar el camino hacia el espacio entre sus brazos o la cama de TaeHyung. Ha encontrado reconfortante el toque y la presencia de TaeHyung desde que se conocieron, pero ahora que han comenzado a salir, Jeongguk honestamente no puede creer lo que se ha estado perdiendo todo este tiempo. No solo la nueva intimidad entre él y TaeHyung, que es impresionante en sí misma, sino este nivel de intimidad, punto. Nunca ha experimentado esto con otra pareja sexual, probablemente porque nunca se ha acostado con alguien en quien realmente confíe y con quien se sienta cómodo. Es casi como si no se hubiera dado cuenta de cuánto lo ansiaba hasta que sucedió, pero ahora que sabe cómo es, no está seguro de poder volver atrás.

Lo cual, a pesar de lo bien que se siente, también es extremadamente alarmante.

La única razón por la que Jeongguk siempre ha mantenido su vida sexual tan distante es para evitar sentirse así, como si dependiera de otra persona o estuviera a su merced. Para mantener cualquier mínimo control que pueda sobre su cuerpo miserable y volátil. Se siente diferente con TaeHyung porque confía en él, pero al final, eso realmente no significa nada. Su mamá había confiado en su papá, y mira lo bien que resultó. La única persona con la que realmente puede contar para mantener la temperatura de su cuerpo bajo control es él mismo.

Simplemente es difícil recordar eso cuando TaeHyung lo está besando suavemente, cuando está sentado a horcajadas sobre sus caderas y deslizando sus manos por debajo de la camisa que lleva. Cuando parece tan decidido a hacer que Jeongguk se sienta bien, tan asombrado por cada cosa nueva que intentan; cuando el cuerpo de Jeongguk se siente mejor y más equilibrado que nunca. Es increíble, pero Jeongguk sabe que cuanto más se acostumbre, más perderá. Con cada día que pasa, se preocupa más y más por lo que sucederá con él cuando esto se detenga inevitablemente.

Esto es lo que tiene en mente cuando decide llamar a su mamá mientras camina a casa después de clases una tarde, unas semanas después de su... situación con TaeHyung. Siempre se asegura de llamarla al menos una vez a la semana, a veces más si se le ocurre. Entre el trabajo, los amigos y la familia, ella está bastante ocupada y contenta con su propia vida, pero a él todavía no le gusta pensar en ella sola en su casa.

El cielo está gris y nublado, y las hojas muertas crujen bajo sus pies mientras camina. Él sabe que a TaeHyung le encanta esta época del año, pero después de que la belleza inicial de las hojas cambia, Jeongguk lo encuentra un poco deprimente. Irónicamente, no le gusta mucho el aire frío, incluso si hace que mantenerse fresco sea un poco más fácil.

"Hola, amor", saludó su mamá, respondiendo al tercer timbre.

"Hola", responde Jeongguk, tirando de su chaqueta de manera más segura alrededor de sí mismo. "¿Cómo estás?"

"Bien, tenía la tarde libre, así que solo hice algunos mandados", le dice ella. Basado en el ruido de fondo, parece que ella también está afuera. "¿Cómo estás, bebé?"

"Bien", dice Jeongguk, repentinamente sin palabras. Él sabe que su madre es la mejor persona para hablar sobre esto, ya que ella también creció con la maldición y vivió con ella hasta que nació Jeongguk. Aún así, nunca es fácil pronunciar las palabras, no cuando se trata de esto.

Como era de esperar, su madre parece darse cuenta de su vacilación casi de inmediato. "Entonces, ¿a qué debo el placer?" Ella pronuncia en broma. "Sabes que me encanta saber de ti, cariño, pero solo han pasado dos días desde la última vez que me llamaste. ¿Algo en tu mente?"

Jeongguk resopla por haber sido descubierto tan fácilmente, pero supone que para eso están las madres.

"Mh", dice inteligentemente. "En realidad, me preguntaba..." hace una pausa y su madre espera pacientemente a que continúe. "¿Es, eh, qué significa si una persona es especialmente buena para controlar tu temperatura?"