Capítulo #1

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(⚠️Antes de empezar quiero aclarar que en esta historia habrá algunas cosas que son cliché en historias adolescentes,y puede que les dé cringe leer esto, así que se les avisa con tiempo ':⚠️)

(Aclarado todo, comencemos ♡)

Hace 15 años atrás..

Una pareja de dos hombres, uno de la raza Ruvara, cuyo color representativo es el rojo, y un Sharpie de colores negro y de piel gris, estaban tranquilamente en su nueva casa, hace poco que se habían mudado y habían acabado de acomodar todo.

Ellos tenían un hijo pequeño de 3 años aproximadamente, este tenía su cabello negro con mechones rojas,sus ojitos eran muy bonitos, eran rojos con bordes de color negro, parecía que brillaban como un bello rubí.

Algo curioso de este pequeño, es que siempre lo tenían con unos lentes oscuros, a pesar de su corta edad, y no sólo eso, sino que no le permitían usar ropa que le cubra casi todo el cuerpo. Esto se debe a que el niño tenía un poder especial, y destructivo, tenía poderes de fuego, si se estaba completamente cubierto, él podría calentarse demasiado y quemar todo a su paso, y si tenía sus ojitos sin los lentes, con mirar a alguien podía quemarlo internamente. Esto ha sido problema desde su nacimiento, pero sus padres nunca lo dejarían sólo en el proceso de hacerlo acostumbrarse a su poder.

Kuro: bien, Obsi, abre la boca para que te dé de comer. —le acerca una cuchara—

Obsidian: mmm... —miraba a otro lado— puedo sostener mi propia comida, papi...

Kuro: —suspira— sé que puedes, sólo quería ayudar, je... —deja la cuchara en el plato— come tranquilo.

El pequeño tomó la cuchara con emoción, pero al hacerlo, este se terminó derritiendo en su mano.

Obsidian: m-mm...lo hice de nuevo... —deja salir unas lágrimas—

Kuro: tranquilo, mi niño. —se pone a su lado— todo estará bien, tu mami y yo estamos aquí para ayudarte, no estás sólo. —le da un besito en la cabeza—

Red: —llega— oww, ¿derritió otra cuchara?. —los mira con tristeza—

Kuro: si, pero ya le ayudaré a que coma.

Obsidian: y-ya no tengo hambre...gracias... —intenta secarse las lágrimas, pero no podía por los lentes— iré a mi habitación... —se baja de su silla y se va—

Kuro: —lo veía irse— mm... —pone una mano en su cabeza— pobre Obsi, eso no es vivir, tiene que tener una niñez normal, no tener que lidiar con eso.

Red: hacemos lo mejor que podemos, en el laboratorio me dijeron que ya están fabricando algo para él, que hará que sus poderes se sellen, y que cada que él quiera, los puede liberar o simplemente retenerlos.

Kuro: pues ya tardaron con eso, no quiero que mi hijo crezca sintiéndose triste.

Red: mm...iré a hablar con él.

Fue a la habitación de su hijo, quiso entrar, pero al tomar la perilla, esta estaba demasiado caliente.

Red: uff...Obsi, soy yo, tu madre, quiero hablar contigo...

-Vete!.

Red: ay mi niño, eres muy pequeño para gritarme así, je... —entra sin importar quemarse con la perilla—

Al apenas entrar, sintió mucho calor, toda la habitación estaba caliente, no al punto de quemarse, porque habían puesto algunas protecciones anti incendios. La habitación estaba oscura, no tenía luz. El pelirrojo caminó un poco hasta encontrarse con su hijo, este estaba acostado en su cama, abrazando su almohada y llorando sobre esta.

Las etapas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora