Capítulo #42

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Los que estaban de invitados se quedaron a dormir esa noche en casa de la familia Phoenix, querían estar con sus amigos en ese momento tan especial.
En la mañana, Red se levantó temprano y llevó a su hija a la cocina para que lo acompañe en lo que hace el desayuno para los demás.

Red: bien, Lava, sé que es temprano, pero verás a mami hacer el desayuno para muchas personas, tenemos tres invitados, tu papi, tus cinco hermanos, tú y yo, en total somos once, jmjm.

Lava: —acariciaba su carita—

Red: jeje, debería alimentarte yo mismo, pero ha pasado mucho desde la última vez... —toca su pecho— no sé si aún pueda...

Kuro: —llega y estira sus brazos— buenos días, ¿cómo amanecieron mis dos amores?.

Red: bastante bien, jeje, estuvo tranquila toda la noche.

Kuro: —toma en brazos a la bebé— claro que si, no es como los bebés humanos que lloran por todo y no dejan dormir.

Lava: —le da unos golpecitos en el pecho— ñam...

Kuro: —la mira— mm, Red, la bebé tiene hambre, ¿puedes alimentarla?.

Red: no sé si aún pueda dar pecho, pero déjame intentar. —toma a su hija— ¿puedes hacerte cargo del desayuno de los demás mientras vuelvo?.

Kuro: con gusto, tómate tu tiempo.

El pelirrojo se fue a otra parte de la casa. Mientras tanto, en la habitación de Olivo, este la noche anterior le había dicho a Lilet que durmiera en la cama mientras él dormía en el suelo, pero en la mañana el peli-negro había amanecido en la cama, sintiendo unos brazos rodeándole la cintura.

Olivo: mm... —abre sus ojos y mira hacia atrás—

Se dio cuenta de que Lilet estaba acostado a un lado suyo y lo abrazaban, al reaccionar le dio un empujón algo fuerte, levantándose de la cama de golpe.

Olivo: ¡¿qué estabas haciendo?!.

Lilet: —bosteza y talla uno de sus ojos— buenos días...¿de qué hablas?.

Olivo: estabas abrazandome, además, ¿por qué me subiste a la cama?, te dije que dormiría en el piso.

Lilet: ah, jeje, es que me sentí mal de que estuvieras en el piso, así que esperé a que te durmieras para subirte, no es por nada pero la cama es más cómoda que el suelo, y te abracé porque vi que estabas temblando por el frío.

Olivo: entiendo... —se sienta en la cama— no estoy acostumbrado a que me abracen personas ajenas a mis padres, y menos en la noche...

Lilet: jmjm. —se acerca y vuelve a abrazarlo por detrás— Oli, eres tan lindo, puedo abrazarte todo lo que quieras.

Olivo: —le acaricia las manos— sigue haciéndolo... —se sonroja leve—

Lilet: claro que si. —lo atrae y lo abraza más fuerte—

Olivo: —sonríe tiernamente, sonrojandose más—

Un rato después, ya todos estaban en el comedor comiendo su desayuno. Obsidian se había sentado a un lado de su madre, quien tenía en sus brazos a la bebé.

Las etapas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora