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En un tranquilo instituto, Kim Minji lidiaba con un dilema emocional que le causaba más conflicto del que estaba dispuesta a admitir. En su corazón latía un sentimiento complicado hacia su amiga, Pham Hanni, pero las aguas del amor estaban turbias por la presencia de Choi Soobin.

Hanni, la destinataria de los sentimientos de Minji, se encontraba enredada en una relación con Soobin, un chico de un grado superior. Aunque aparentemente todo era armonía, Minji observaba con amargura cómo Soobin no le daba a Hanni la atención y el trato que merecía. Su corazón latía con indignación al ver cómo su amiga estaba perdiendo su esencia en una relación desequilibrada.

El problema no radicaba solo en el hecho de que Soobin no valoraba a Hanni como debería, sino en que él era, o había sido, el mejor amigo de Minji. Una confidencia pasada ahora revelaba la verdadera naturaleza de Soobin, y la repugnancia que sentía Minji al darse cuenta de que él estaba utilizando a Hanni como un mero escape emocional para olvidar a alguien más.

Minji se debatía entre sus propios sentimientos y la lealtad hacia su amiga. No podía negar la atracción que sentía por Hanni, pero la ética y la amistad le impedían actuar impulsivamente. Optó por centrarse en los estudios y terminar la preparatoria, convenciéndose de que el tiempo revelaría la mejor manera de abordar la situación.

En ese momento, ambas se encontraban en la clase de literatura, y como era costumbre, Hanni se quedó dormida. Minji, por otro lado, aprovechaba esos momentos para admirar la belleza y la ternura de su amiga. La suavidad de su respiración tranquila, la curva de su sonrisa mientras soñaba, todo eso provocaba en Minji una mezcla de sentimientos que la confundían aún más.

El sonido del timbre resonó en el aula, interrumpiendo el tranquilo trance de Minji. Sabía que debían irse al laboratorio, pero Hanni aún descansaba ajena al mundo que la rodeaba. Con suavidad, Minji se acercó y la despertó con cuidado. Hanni parpadeó confusa por un momento antes de darse cuenta de la situación.

—Oh, lo siento, ¿me quedé dormida de nuevo? —dijo Hanni, sonrojada.

Minji solo sonrió y negó con la cabeza.

—No te preocupes, parece que la literatura te lleva a un mundo de sueños más a menudo de lo que pensaba.

Ambas salieron del aula y caminaron hacia el laboratorio. Hanni, como siempre, sentía la necesidad de ver a su novio, Soobin, antes de la siguiente clase. Minji, a pesar de las emociones encontradas, accedió una vez más a acompañarla. Era una rutina que repetían constantemente, una rutina que Minji deseaba cambiar, pero la lealtad y la amistad la mantenían en silencio.

Mientras caminaban por los pasillos, Minji observaba a Hanni con una mezcla de ternura y tristeza. Quería que Hanni despertara a la realidad de la relación con Soobin, pero temía que sus propios sentimientos salieran a la luz. La complicada danza de emociones continuaba mientras Minji lidiaba con la lucha interna entre lo que quería y lo que la ética le dictaba.

En el laboratorio, la tensión en el aire era palpable. Minji, con su mirada fija en Hanni, se preguntaba cuánto tiempo más podría sostener la fachada de amistad desinteresada. La realidad estaba ahí, latente, esperando a ser reconocida.

Mientras Hanni se sumergía en su mundo de experimentos y fórmulas, Minji se debatía en su propio laboratorio emocional. Cada sonrisa compartida y cada gesto de cariño destinado a Soobin era un recordatorio de lo complicada que se había vuelto la situación.

𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝  || BbangzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora