𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 || Bbangzas

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La oscuridad de la noche envolvía el exterior de la casa de los Choi mientras la vibrante música de la fiesta resonaba en el aire. Minji y Hanni, inmersas en una mezcla de ansiedad y emoción, se sumaron al bullicio de la celebración. La fiesta, que se extendía a lo largo de las horas posteriores a la escuela, ofrecía la promesa de una noche memorable.

Minji, determinada a hacer que esta noche fuera especial para Hanni, no perdió tiempo en acercarse a ella en medio del colorido caos de luces y risas.

— ¿Te estás divirtiendo, Hanni? —preguntó Minji, su sonrisa iluminando la penumbra de la pista de baile.

Hanni asintió, contagiada por la alegría de Minji. El estrés de la semana se desvanecía con cada paso enérgico que compartían. La complicidad entre ellas se manifestaba en risas compartidas y miradas que hablaban más allá de las palabras.

La música, con su ritmo contagioso, las atrapó en una danza liberadora. En ese instante, el mundo exterior desapareció, y solo existían ellas, moviéndose en sintonía con la melodía. Minji y Hanni se entregaron al placer de la música, compartiendo risas y gestos cómplices que sellaban una conexión especial.

A lo largo de la semana, Minji había expresado sus sentimientos con una sinceridad reconfortante. Había revelado su descontento con el novio de Hanni, Soobin, y le había confesado sus propios sentimientos. Hanni, por su parte, comenzaba a comprender la profundidad de las emociones que Minji albergaba por ella.

— Odio a tu novio. Yo podría ser mejor novio que él —dijo Minji, dejando al aire la posibilidad de un futuro distinto.

Hanni se encontraba en un dilema interno, cuestionando su relación con Soobin y considerando la posibilidad de algo más con Minji. La noche de la fiesta se presentaba como una oportunidad para escapar de las tensiones y disfrutar del momento.

La música pulsante, las risas y las luces destellantes crearon una atmósfera mágica. Hanni, liberándose de las restricciones emocionales, se levantó para alejarse del tumulto con Minji siguiéndola de cerca. Danielle y las demás también se dispersaron, cada una inmersa en su propia diversión.

Minji y Hanni, alejándose del núcleo de la fiesta, compartieron un espacio más íntimo. Minji, decidida a hacer que la noche fuera inolvidable, guió a Hanni hacia un rincón menos concurrido.

— ¿Quieres darle un giro a esta noche? —propuso Minji, su mirada transmitiendo complicidad y determinación.

Hanni asintió con entusiasmo, dispuesta a dejar atrás las preocupaciones y disfrutar del momento con Minji. Juntas, se sumergieron en la pista de baile, moviéndose con gracia y dejándose llevar por la corriente de la música.

La complicidad entre Minji y Hanni se fortalecía con cada paso, y la tensión inicial se desvanecía en la magia de la noche. Minji, con su energía contagiosa, lograba sacar a relucir una sonrisa genuina en Hanni.

La fiesta avanzaba, pero Minji y Hanni decidieron ignorar el paso del tiempo. Se entregaron a la música, al baile y a la promesa de un nuevo comienzo. La conexión entre ellas, palpable y llena de significado, se intensificaba con cada gesto compartido.

La noche, que inicialmente parecía solo un evento social, se transformó en un capítulo especial para Minji y Hanni. A medida que los primeros rayos de sol asomaban en el horizonte, las dos chicas compartieron una mirada de complicidad, reconociendo que, a pesar de los desafíos y las opiniones externas, habían logrado transmitir su mensaje y enfrentar juntas las adversidades del amor reprimido.