𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 || Bbangzas

13

La luz del lunes se filtraba tímidamente a través de las ventanas de la escuela, pintando el aula de literatura con una calidez engañosa. Hanni, con un nudo en el estómago, se preparaba para enfrentar el día que había planeado meticulosamente. La fiesta del fin de semana, las reflexiones de Minji y sus propias dudas habían orquestado una tormenta en su interior.

La mañana transcurrió con la monotonía escolar, pero la tensión en el ambiente era palpable. Hanni evitó a Minji, consciente de que cada encuentro con ella podría revelar sus verdaderos sentimientos. Así que, decidida a cambiar su destino, Hanni salió temprano de casa, tratando de evitar cualquier conversación incómoda antes de tiempo.

La primera hora del día llegó rápidamente: literatura. El destino parecía querer jugar con ella al poner la clase que compartía con Minji justo en ese momento. Se sumió en la materia, intentando distanciarse emocionalmente, pero sus pensamientos seguían danzando en una danza caótica.

El almuerzo llegó, y Hanni sintió una mezcla de nervios y determinación. Sus pasos la llevaron hacia el patio, donde Soobin solía reunirse con sus amigos. A lo lejos, Minji compartía risas con algunas chicas, ajena al huracán que se avecinaba.

Hanni no perdió tiempo. La decisión estaba tomada, y no había vuelta atrás. Atravesó el patio con determinación y, en un instante de silencio, dejó caer su bandeja con fuerza, atrayendo las miradas de todos los presentes.

— ¡Estoy harta! —exclamó Hanni, con una voz que resonó en el lugar—. Harta de esta relación, harta de ti Soobin y de tus estúpidos juegos.

Las miradas se centraron en ella, y el corazón de Hanni latía con fuerza. Comenzó a hablar, desahogando todo lo que había guardado durante tanto tiempo. Habló de la humillación que había soportado, de las lágrimas que había derramado y, sobre todo, de su decisión de ponerle fin a esa relación tóxica.

Soobin, desconcertado, intentó interrumpirla, pero Hanni no le dio espacio. Continuó hablando, liberando las emociones que la habían atormentado. Minji, que había escuchado el inicio del discurso, se quedó inmóvil, asimilando las palabras de Hanni.

— Terminamos, Soobin. Ya no te necesito en mi vida —sentenció Hanni, dejando en el aire la verdad que por tanto tiempo había evitado.

La reacción en el patio fue variada. Algunos murmuraban, otros miraban con sorpresa, y Minji... Minji estaba procesando lo que acababa de presenciar. La expresión en su rostro era una mezcla de asombro y, en algún nivel, de alivio.

Soobin, herido en su ego, trató de recuperar el control de la situación, pero Hanni ya se estaba alejando, liberada de las cadenas que la ataban a una relación sin futuro.

Minji, aprovechando un momento de privacidad, se acercó a Hanni con cautela. La castaña, aunque visiblemente afectada, llevaba una expresión de liberación que Minji no podía ignorar.

— Hanni, ¿estás bien? —preguntó Minji, con preocupación en sus ojos.

Hanni, mirando a Minji directamente a los ojos, asintió. — Sí, estoy bien. Necesitaba hacerlo.

El almuerzo transcurrió entre murmullos y rumores que se esparcían como un fuego voraz. Hanni había tomado una decisión valiente, enfrentando sus miedos y dejando atrás un capítulo oscuro en su vida.

La tarde avanzó, llevando consigo el peso liberado de Hanni y la creciente comprensión de Minji. A medida que las horas pasaban, ambas chicas comenzaron a reconstruir la conexión que se había fortalecido durante la semana, sin dudas ni secretos ocultos.